Los hijos adoptivos de Clarín

Intentan cerrar la causa con un análisis trucho

El juez Conrado Bergesio se tomó siete años para ordenar que Felipe y Marcela -adoptados ilegalmente por la dueña de Clarín, Ernestina Herrera de Noble- se sometieran a la prueba de ADN para probar si son hijos de desaparecidos. Lo hizo después de que la Cámara de Apelaciones de San Martín le exigiera realizar la prueba “en forma inmediata y sin más dilaciones”. El apriete, visto como una jugada K en la puja entre el gobierno y Clarín, fue acatado por los Noble sin chistar porque se ajusta a lo que piden desde 2003: que la prueba no se haga en el Banco de Datos Genéticos (BDG), como marca la ley, sino en el Cuerpo Médico Forense de la Policía Federal, que la derivará a un laboratorio privado; que la sangre no se compare con el archivo del Banco, como es habitual, sino sólo con las familias querellantes; y que las muestras se destruyan para evitar futuros cotejos. Bergesio violentó la Ley 26.548, que establece que los análisis deben efectuarse en el Banco de Datos y que Clarín apeló como anticonstitucional, pero la impunidad de Noble no es exclusivamente obra suya: la Cámara de Casación Penal, el procurador Esteban Righi y la Corte Suprema en pleno han avalado sus “excepciones”.

Luego de que Abuelas de Plaza de Mayo denunciara la decisión del juez y reclamara su juicio político, Bergesio ordenó allanar el domicilio de los Noble y secuestró objetos para otra prueba de ADN. Aunque esta vez participó personal del BDG, no lo hicieron el juez ni el fiscal, las muestras no se entregaron al Banco, como fija la ley, y en ningún caso se avisó con tiempo a los peritos de la querella. Abuelas sospecha que los “errores” de Bergesio sirven para que los abogados de Clarín pidan la nulidad del allanamiento.

Clarín, que nunca pudo demostrar que las adopciones son legales, intenta forzar un resultado negativo y cerrar una causa que podría terminar con su principal accionista condenada por apropiación ilegal de hijos de desaparecidos y con su CEO, Magnetto, como cómplice. Esperan truchar, si es positiva, la compatibilidad con las familias querellantes y evitar más comparaciones, aunque otras treinta desaparecidas parieron en los campos de exterminio en esos meses.

La impunidad de Herrera de Noble fue asunto de Estado para los gobiernos desde 1983, incluidos los K. Hace décadas que múltiples testimonios indican que Marcela y Felipe nacieron en cautiverio, quizás en la maternidad de Campo de Mayo. Una de las fundadoras de Abuelas, China Mariani, dice que la joven tal vez sea su nieta. Durante la dictadura, Herrera de Noble recibió dos chicos y la cesión de Papel Prensa y los militares contaron con el apoyo incondicional del “gran diario argentino”. Pero la confirmación de que Felipe y Marcela son hijos de desaparecidos abriría una caja de Pandora más allá de Clarín. Mercedes Benz, Techint, Ford, Miluz, la patronal argentina y las multinacionales entregaron a delegados y activistas a los grupos de tareas. Jamás fueron juzgados. Este caso podría probar que no sólo mandaron a asesinar a sus trabajadores, sino que también les robaron los hijos.