Políticas

21/6/2021

Los intereses de Jorge Macri no contemplan las necesidades de la población

La disputa electoral desnuda la desidia de Juntos por el Cambio en materia de salud y educación. 

Esta semana, la provincia de Buenos Aires amaneció empapelada con afiches promocionando la candidatura a diputado del vicejefe porteño Diego Santilli, confirmando la intención de Rodriguez Larreta de desembarcar a su segundo en la provincia y agitando la ya de por sí acalorada interna de Juntos por el Cambio. El Intendente de la Municipalidad de Vicente López, Jorge Macri, cuyas intenciones de candidatearse para gobernador no sorprenden a nadie, no hizo esperar su respuesta y aparentemente habría llamado personalmente a Santilli, advirtiéndole que le daría pelea en la interna de su espacio político si decidía presentarse en el 2023 para la gobernación.

La jugada política de Santilli y de Larreta pone negro sobre blanco las ambiciones políticas del vicejefe porteño, quien declaró que la posibilidad de ser elegido gobernador de la provincia de Buenos Aires en el 2023 siempre lo motiva porque “es una provincia que ama y en la cual me crié” (Página 12, 15/6). Jorge Macri sabe que lo espera una fuerte resistencia a sus ambiciones políticas y ha apelado a distintos argumentos para descalificar a sus contrincantes, como que “no sería correcto abandonar un cargo en medio de una pandemia”, o su rechazo a que los candidatos provinciales lleguen desde otros distritos. Seguramente este será el libreto que el intendente de Vicente López utilizará en una campaña política que promete una lucha feroz por cada puesto disputado.

Mientras lo desvelan estas preocupaciones electorales, el intendente de Vicente López no se ha privado de festejar la decisión del gobernador Kicillof de reiniciar las clases presenciales en la provincia, a pesar del elevado número de casos de Covid y con una importante cantidad de docentes que aún no han sido vacunados. Sin embargo, y más allá de la alegría del intendente, llueven las denuncias desde cantidad de escuelas de Vicente López que no han podido iniciar las clases por problemas de infraestructura.

Con un plan jurisdiccional que establece que los establecimientos educativos que no cuenten con calefacción, ante temperaturas menores a 10°, pueden suspender las clases, muchas escuelas del municipio no iniciaron la presencialidad por falta de gas e incluso de agua. En otras escuelas, solo pudieron reiniciarse las clases en algunas aulas pues en otras la insuficiente infraestructura impidió su funcionamiento. Incluso en establecimientos que cuentan con gas no fue posible hacer funcionar el sistema por no haber encendido las calderas a tiempo. Recién comenzaron a recorrer las escuelas para su encendido la misma semana del inicio de las clases.

El municipio comunicó a la secretaria general del Suteba Vicente López, Clara Gómez, que la intendencia iba a comprar estufas Ecosol eléctricas para las escuelas, en las que la reparación del gas se está demorando. Sin embargo, estas soluciones improvisadas ya fracasaron en el año 2019 debido a las deficientes conexiones eléctricas que presentan la casi totalidad de los establecimientos.

Durante los ocho años de gestión macrista, el gobierno municipal viene retaceando el fondo de financiamiento educativo que debió destinarse a obras públicas. Las carencias en la infraestructura escolar, que eternamente venimos denunciando, no pueden solucionarse en dos días, con los niños y las docentes en las escuelas, exponiéndose al frío y al contagio. Demás está decir, lo deletéreo que es para la educación esta situación de imprevisión. Nadie puede aprender bajo estas condiciones de penuria extrema.

Mientras, el intendente Jorge Macri se llena la boca con la necesidad de mantener la presencialidad a pesar del altísimo número de contagios y hace de este punto, incluso, un eje de su campaña política. Las escuelas de su municipio carecen de la más mínima infraestructura para que las clases puedan iniciarse, aún con limitaciones.

Debemos encarar una campaña de esclarecimiento militante para que no quede, a los ojos de los trabajadores, ninguna duda alrededor de estos puntos. Mientras docentes y alumnos sufren esta afrenta, el flamante precandidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires se enfrenta mediáticamente con su contendiente político y no propone ninguna solución concreta a la acuciante situación de escuelas, docentes y alumnos, y menos aún una perspectiva que intente mejorar la educación pública, que en su gestión siempre ha sido orientada hacia la educación privada.

Tampoco se lo ve preocupado por mejorar la infraestructura en materia de salud. Con tan solo 30 camas de UTI en todo el municipio, no hay atisbos de mejorar estos guarismos, ni de pensar una estrategia ante la eventual circulación de la temida cepa Delta del Covid-19. Según datos de la SATI, los países desarrollados cuentan con 3 camas de UTI cada 1.000 habitantes. Contando con una población de 270.929 habitantes según el último censo 2010, el municipio de Vicente López, debería tener 812 camas de UTI para acercarse a esa cifra, muy lejos de las 30 camas con las que cuenta el municipio.

Como en todo el país y tanto desde el oficialismo como desde la oposición, la agenda no está marcada por los problemas de sus habitantes, de sus trabajadores. No son las necesidades de los docentes, de la educación de nuestros niños o las imperiosas urgencias sanitarias las que determinan los objetivos y los planes de los partidos mayoritarios, sino que la agenda electoral ha teñido a todo el arco político. Ya la cantidad de muertos ha dejado de ser un dato que determine acciones precisas, no importa si los alumnos tienen o no conectividad, si tienen calefacción en sus escuelas o posibilidad cierta de ventilación, todas las acciones de gobierno, de uno u otro bando, van dirigidas a posicionarse lo mejor posible frente a la inminencia de las elecciones, mostrando la verdadera cara de los partidos patronales que no temen inmolarnos para conservar o incrementar sus espacios de poder.