Los K, funcionales a la derecha

La campaña electoral hacia las primarias del 14 de agosto ha entrado en su última fase. La última semana será crucial para el Frente de Izquierda, que deberá profundizar su intervención en un marco abiertamente hostil, dando una batalla a brazo partido contra los grandes aparatos de punteros y clientes.

Pero queremos llamar la atención sobre el papel que le cabe a toda la izquierda argentina, no sólo a aquella agrupada en el Frente, sino principalmente a la que aún se ha mantenido al margen. Muchas agrupaciones y compañeros, con quienes nos encontramos en la misma vereda en la lucha de clases, no se han jugado activamente por la única fuerza que representa electoralmente el conjunto de las luchas y reivindicaciones de la clase obrera. Nos queda poco tiempo y es necesario volver a llamar la atención sobre lo que está en juego.

La derechización y la izquierda

En el último tiempo, se ha hecho hincapié en el fenómeno de la “derechización”. Pero la derechización ha sido producto de la política de todos los partidos del régimen, con el oficialismo a la cabeza. Los K no sólo han sido derrotados electoralmente en Santa Fe y Capital. Por sobre todo, han sido derrotados políticamente. Su desplazamiento hacia la derecha, desde el comienzo de la campaña, ha sido impresionante. Su adaptación al discurso de la ‘derecha’ no sólo ha marcado su propia derrota, sino que ha alimentado los triunfos de esa derecha.

Por otro lado, el (falso) “progresismo” está virtualmente desaparecido. Desde Sabbatella -que pasó de ser una colectora del kirchnerismo en 2009 a furgón de cola del derechista Scioli- hasta Proyecto Sur -que se ha adaptado al macrismo y al kirchnerismo, y clama por la “paz social” contra las manifestaciones de los trabajadores. Ni qué hablar del “socialista” Binner y sus secuaces, que pelean por el apoyo de los capitalistas industriales y agrarios, y que plantean una confiscación extraordinaria al pueblo trabajador por la vía devaluación de la moneda. No hay nada de izquierda en la autodenominada centroizquierda. Su centro de gravitación está a la derecha. No hay ningún tipo de alternativa popular por fuera del Frente de Izquierda.

El fantasma de la derecha y la izquierda

Habida cuenta de los resultados obtenidos hasta el momento por los K (y todavía falta Córdoba), ese viejo artilugio (más viejo que la humedad) del “fantasma” de la derecha será una punta de lanza. Las organizaciones populares y los activistas obreros y estudiantiles seremos atacados sistemáticamente de “funcionales a la derecha”. Ellos: los responsables políticos del asesinato de los compañeros que luchaban por la vivienda en Jujuy; así como de Mariano, quien luchaba junto a los trabajadores contra la tercerización y por el pase a planta de los ferroviarios. Ellos: responsables de que la burguesía haya acaparado las mayores ganancias en su historia durante los últimos ocho años. Ellos: responsables de una inflación galopante que ataca salvajemente los bolsillos de las masas laboriosas. Ellos: responsables del saqueo a la Anses para pagar la deuda externa usuraria a costa de la miseria de los jubilados. Ellos: los amigos de los Pedraza, Schocklender, Insfrán, Scioli, Blaquier y Menem alegan que somos funcionales a la derecha… Tenemos que denunciar a fondo esta verdadera estafa política.

Nosotros decimos: con los K avanza la derecha. Son ellos quienes le dan aire (y mucho más) a esa derecha a la que sólo la izquierda viene combatiendo realmente en los barrios, en los lugares de trabajo y de estudio, en las calles.

La proscripción y la responsabilidad de la izquierda

El elemento central de la situación es que está en riesgo la posibilidad de que la izquierda pueda competir en las elecciones de octubre. Ya hemos explicado el carácter proscriptivo y antidemocrático de la ley electoral. Pero, además de denunciarla, nos hemos dispuesto a enfrentarla. Asumimos la responsabilidad. Es imprescindible que la izquierda llegue a octubre para defender el 82% móvil para los jubilados, el salario mínimo igual a la canasta familiar, el fin del régimen de las tercerizaciones y el trabajo en negro, la defensa de la educación y la salud pública, y el conjunto de las reivindicaciones obreras y populares. Sin la participación de la izquierda, las elecciones generales se transformarán en un festín de las distintas variantes que representan los intereses de los capitalistas, sin ninguna fuerza realmente opositora.

Las organizaciones de derechos humanos, estudiantiles, sociales y políticas que se reclaman del campo popular tienen una enorme responsabilidad, porque la proscripción no sería simplemente un golpe contra el Frente, sino para toda la izquierda y la clase obrera.

Es necesario que demos un paso al frente no sólo votando al Frente de Izquierda, sino peleando cada voto para el Frente, con los compañeros de trabajo, camaradas, familiares, vecinos y amigos. No podemos dejar pasar la proscripción. Tenemos una responsabilidad enorme y debemos hacernos cargo.

¡Más que nunca, el 14 de agosto vamos con el Frente de Izquierda!