Políticas

16/4/2009|1079

Los K y los Moyano liquidan las paritarias

La burocracia sindical ha comenzado un proceso de liquidación de las paritarias. En todos los gremios se están generalizando postergaciones sin aumentos (Smata, petroleros) o mediante sumas fijas en negro. Ha tenido mucha prensa el acuerdo Luz y Fuerza de dos sumas fijas de 2.000 pesos para el semestre; o sea, algo más de 600 pesos mensuales, un 17% pero en negro, que no computa en extras, en aguinaldo, ni en cargas sociales o jubilaciones. Es otro golpe a la salud y la Anses. Los tercerizados de la actividad eléctricas tendrán mucho menos, 1.300 por trimestre. El resto de los acuerdos oscila entre 300 y 400 pesos, el 50% menos.
En el caso del Subte, el importe fijo está sujeto a presentismo. Moyano en persona saludó los acuerdos de la UTA: “Está muy bien el acuerdo, cada gremio tiene que ver lo que puede conseguir, sea por suma fija o por porcentaje” (Clarín).

Recalde, el abogado laboralista de Moyano, que se ufanó tanto de blanquear salarios (tickets-canasta), ahora mira para otro lado.

En todos estos años, las paritarias estuvieron sujetas a una regimentación del Estado. Se pusieron topes a los aumentos de salarios a los pliegos de reclamo, que no podían ser decididos en asambleas, o elegir paritarios. Se bloqueó la reversión de la infinidad de conquistas arrebatadas en los ‘90, en los ‘80 (estabilidad bancaria) y durante la dictadura. Las patronales y el gobierno aprovecharon la crisis capitalista para liquidar las paritarias, con la complicidad de la burocracia sindical.

La cuestión plantea una crisis. Ya Scioli dijo que no podía ser que tuviera que enfrentar paritarias todos los años, antes de empezar las clases. Pero ahora se enfrenta a una ola de paros estatales extraordinaria que abarca no sólo a ATE sino también a UPCN.

La paritaria bancaria está en crisis porque los bancos, que facturaron ganancias en el 2008 como en ningún lugar del mundo, no quieren pasar del 10% de aumento. La dirección de Foetra Buenos Aires ha empezado a perder los plenarios de delegados y hasta las asamblea generales, precisamente por la bronca enorme por su aceptación de dos sumas fijas miserables.

La burocracia moyanista demuestra su agotamiento como agente sindical del ‘modelo productivo’ que ha ido a la bancarrota. Entrega el salario con el pretexto de parar los despidos y con ello la caída del mercado interno, pero es precisamente eso lo que ocurre con la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores. 

La defensa del salario y de los puestos de trabajo está emparentada: en Argentina, la crisis industrial está acompañada por la inflación . Junto al reparto de las horas de trabajo al 100% del salario, está planteado el ajuste salarial por la carestía.

¡Para esto necesitamos paritarias y paritarios electos!

Néstor Pitrola