Políticas

23/6/2011|1182

Fundación Olivia: ¡Los métodos piqueteros siguen vigentes!

La Fundación Olivia fue creada a partir de la primer toma de Termap en 2004, primero con subsidios, luego con aportes de las petroleras, con un directorio con funcionarios del FVS, con 270 trabajadores bajo convenio de Utedyc y tareas de reciclado de basura, fabricación de adoquines y lozetas, tareas comunitarias, etc…

Pasaron distintos directores, quienes fueron vaciando “la empresa”, y las petroleras dejaron de realizar los aportes. Gracias a la tenaz lucha de los compañeros, desde hace un año y con un piquete de 36 horas sobre ruta 3, se logró que la provincia ponga el dinero para sostener la Fundación.

Pero un nuevo director, Daniel Notaro (ex presidente PJ local, ex secretario de Gobierno), actual secretario legislativo de la Cámara de Diputados de la provincia, venía ninguneando a los trabajadores y delegados al no reconocer una deuda de los aumentos generados por la paritaria nacional del gremio, provocando permanentemente e imponiendo sanciones e intimidaciones a quienes reclamaban.

Por ello, los trabajadores de la Fundación Olivia fueron a cortar la ruta el martes en reclamo de una deuda que se les adeudaba y que Notaro, quien recibió el dinero pero evidentemente lo desvió para otros pagos y no efectivizó la deuda y el salario -situación que denunció el propio ministro de Gobierno, quien constató que la provincia había girado el dinero el 7 de junio.

El contundente corte de la ruta 3 por más de 16 horas tenía varios ribetes: no sólo se pedía se normalice la situación salarial, los descuentos arbitrarios y las deudas, sino también la estabilidad laboral y, sobre todo, la cabeza de Daniel Notaro, quien era considerado como el hombre que quería cerrar la Fundación y echaba nafta para apagar el incendio en la convulsionada zona norte. Luego de un despliegue represivo de más de 100 efectivos (que movilizó a la ruta a familiares de los trabajadores, ATE, Adosac y el Partido Obrero en solidaridad para evitar la represión) por la noche llegó el acuerdo con el gobierno que esperaban de Río Gallegos, para destrabar el conflicto. El mismo considera la estabilidad laboral, los 2.000 pesos, la deuda anterior y lo más importante: el cambio de dirección de la Fundación Olivia, que quedaría para Daniel Sloper. Los métodos piqueteros seguían vigentes y los trabajadores se fueron a festejar al Gorosito. Se abre una nueva etapa a partir de este triunfo. Los trabajadores deben tomar en sus manos el destino de la Fundación para mantener la fuente laboral, un salario que cubra la canasta familiar, terminar con la corruptela y el desvío de fondos de los funcionarios K; imponiendo en el Directorio representantes de la asamblea y el gremio, con mandato revocable, para llevar adelante un estricto control de los libros y de la producción.