Políticas

15/9/2011|1194

Los pilares internacionales del “modelo”

El llamado “capitalismo de amigos” se refiere al entramado de empresas (en algunos casos manejadas por testaferros) que crece al amparo de la obra pública, de las concesiones y de la asociación con empresas existentes en condiciones ‘convenientes’ por medio de la presión del Estado (el caso emblemático es el ingreso de los Eskenazi en YPF). Este maridaje fue bautizado, en su momento, ‘reconstrucción de la burguesía nacional’. Pero ¿cuál es su anclaje internacional? Es imposible que este esquema pueda siquiera plantearse sin un entrelazamiento con capitales internacionales que vinculen el mercado nacional con el mundial. Es aquí donde aparece el protagonismo de los capitales y de los gobiernos de Brasil, China, en parte Rusia e incluso de Canadá. Este esquema aparece también en los llamados países del Alba. Se repite aquí una vieja odisea de las burguesías: las alianzas con las potencias rivales de las hegemónicas o que hayan ocupado ese lugar.

Los “hermanos” brasileños

Después de la declaración del ‘defol’ en 2001, la inversión directa de origen europeo (dominante en los ’90) y estadounidense disminuyó drásticamente. Tomó protagonismo, en cambio, la de origen brasileño, que hoy participa de un modo significativo en numerosas ramas industriales y de servicios.

Petrobras (con fuerte presencia de fondos de inversión internacionales) quedó ubicada en segundo lugar detrás de Repsol-YPF luego de adquirir la vieja refinería de EG3 de Bahía Blanca y su red de estaciones de servicio, así como de realizar sucesivas ampliaciones e invertir en la extracción de crudo y de la petroquímica.

La compra de Loma Negra por el grupo brasileño Camargo Correa le dio un lugar dominante en la industria cementera y en toda la industria de la construcción, a lo cual añadió la línea férrea Ferrosur (ex Roca cargas) que también pertenecía a Loma Negra.

El emporio Votorantim compró Aceros Bragado (la tercera acería del país), a la que amplió y modernizó. Grupos brasileños también compraron fuerte en la alimentación. JBS compró Swift y otros grupos compraron frigoríficos, mientras Brahma adquirió Quilmes, la cervecera líder, con presencia en el mercado de aguas y gaseosas.

Santista compró Grafa y Alpargatas es manejada desde Brasil, lo cual convierte a la industria textil argentina en satélite de capitales brasileños. También desembarcaron las grandes constructoras Odebrecht y Andrade Gutiérrez, que junto con Camargo Correa están ganando presencia en las grandes obras.

Un caso emblemático es el de minera Vale do Rio Doce, una de las más grandes del mundo, con fuerte presencia de fondos internacionales. Vale le compró el gigantesco yacimiento de Potasio Río Colorado a la inglesa Río Tinto hace dos años. Río Tinto fue presionada a vender, porque ni el gobierno nacional ni el kirchnerista de Mendoza le aprobaban la declaración de impacto ambiental. Una vez a cargo de Vale, los certificados salieron por un tubo. El proyecto de Potasio Rio Colorado está dirigido enteramente al mercado agrícola brasileño, que será su único consumidor, dado que, por el tipo de suelos, el campo argentino utiliza fosfatos o nitratos, pero no potasio. La construcción del complejo de Vale (más de 4.000 millones de dólares de inversión) tendrá como protagonistas a Odebrecht asociado a Techint y Andrade Gutiérrez. Camargo Correa, por su parte, a través de su controlada Ferrosur construirá una línea férrea especial para transportar las sales de potasio desde el yacimiento, al sur de Mendoza, hasta Bahía Blanca.

También hay que tener en cuenta los acuerdos de Embraer para proveer de aviones a las flotas de Aerolíneas y Austral, y adaptar las instalaciones de la vieja Area Material Córdoba para dar servicio y repuestos a esos aviones.

Para completar la trama, se instaló con fuerte presencia el Banco Itaú, uno de los más grandes de Brasil, y recientemente el Banco do Brasil compró el Patagonia.

Los chinos vienen comprando…

Capitales chinos compraron hace unos años la mina de hierro de Sierra Grande, la ex Hipasam. Hace un año, el gigante petrolero asiático CNOOC compró el paquete mayoritario de Bridas, lo cual dejó a la familia Bulgheroni en condición minoritaria. Antes, British Petroleum, golpeada por los derrames en el Golfo de México y por el acoso del gobierno K al capital británico, había vendido su participación en Pan American Energy a Bridas, lo cual posicionó a los chinos en PAE. PAE es la beneficiaria de la concesión de Cerro Dragón, en las cercanías de Comodoro Rivadavia (Chubut), que fue prorrogada por 40 años y también explota yacimientos en el norte santacruceño, con lo cual CNOOC se convirtió en uno de los principales productores petroleros del país. Con la reciente compra de la red de estaciones de servicio y la refinería de la Esso en Campana, por parte de Bridas, los chinos se aseguran una posición protagónica vertical en todo el negocio petrolero.

Los chinos también están explorando en importantes yacimientos de cobre en San Juan y están negociando fuertes inversiones en tierras en la provincia de Río Negro. Los chinos también están anotados en las provisiones de material ferroviario y de subtes. La crisis financiera internacional está dificultando la determinación de las condiciones del crédito para estos proyectos.

Los canadienses

La presencia de capitales canadienses es dominante en la minería argentina, especialmente a partir del gobierno de Kirchner. A la instalación de la Barrick Gold en San Juan, en 2004, con su proyecto Veladero, siguió la construcción de Pascua Lama, el megaproyecto binacional en la frontera con Chile, a pocos kilómetros de Veladero. Ambos proyectos extraen oro a costos bajísimos, mientras el precio internacional bordea los 1.900 dólares la onza (estaba a 400 cuando comenzó a construirse Veladero).

Los canadienses de Goldcorp, por su parte, concretaron el año pasado la más importante adquisición del mercado minero argentino. Pagaron 3.500 millones de dólares por el yacimiento de Cerro Negro, en el norte de la provincia de Santa Cruz, que será la principal mina de oro subterránea del país (hoy en construcción). Los K están directamente asociados a estos proyectos, como ocurre con Fomicruz, en la provincia respectiva, o a través de empresas satélites en los otros proyectos. De ahí la cerrada oposición de los K a la ley de protección de los glaciares.

Goldcorp es socia con el 37,5% de Alumbrera, en Catamarca, y junto a sus socios acaban de comprarle el proyecto de Agua Rica a Yamana, otra firma canadiense (véase recuadro). Firmas canadienses como Silver Standard y Pan American Silver explotan las minas de plata de Pirquitas (Jujuy) y Manantial Espejo (Santa Cruz). PAS es, además, dueña del yacimiento Navidad en Chubut, el principal yacimiento de plata descubierto en el país y diez veces mayor que Manantial Espejo.

También los canadienses están creciendo en la industria nuclear argentina. Hace diez días, Julio de Vido anunció las tareas de remodelación y prolongación de la vida de la central nuclear de Embalse, que incluye contratos con firmas canadienses por más de 400 millones de dólares, las dos Atuchas se hicieron con tecnología alemana

No debe extrañar, entonces, la destacada presencia de Cristina en el almuerzo ofrecido por el presidente de Barrick Gold, Peter Munk y los demás líderes mineros canadienses, durante su visita a Canadá durante un G20 el año pasado. En estos días, “la Cámara de Comercio argentino-canadiense, conjuntamente con la Cámara de comercio argentino-británica (convocaron) a un almuerzo de trabajo con Hermes Binner, candidato a presidente de la nación” (Newsletter Geonavitas, 2/9).

Grietas en la pared

El entramado de lazos internacionales -a expensas de Estados Unidos y Gran Bretaña- no está exento, sin embargo, de roces y choques. Techint -principal fabricante de tubos y aceros planos del país, con fuertes intereses en Brasil (es dueña de Confab)- está amenazada por la presión china para exportar sus propios tubos. Los próximos gasoductos (el del NEA en especial) prometen ser un territorio de disputas entre Tenaris y los chinos. Techint también pretende establecer algún acuerdo con los brasileños para “blindar” al Mercosur de la ofensiva china en acero (que es denunciada por ‘dumping’).

Los roces con europeos y yanquis van a reanudarse. La Shell, después de Esso, está a punto de vender su refinería y red de estaciones de servicios. Los franceses dejaron el negocio del agua hace unos años y no lograron concretar los negocios ferroviarios (tren bala).

El ‘modelo’ K está muy lejos de ser un proyecto “autónomo”. Es más bien un proyecto entreguista, que reserva para la ‘burguesía nacional’ las migajas del festín.