Políticas

4/12/2003|828

Los piqueteros defienden los intereses del pueblo

Duhalde ha anunciado que no volverá a confrontar en público con el gobierno sobre la política a adoptar frente al movimiento piquetero. Fue, sin embargo, él (y su mujer) quien abrió una crisis política franca al denunciar la “mano de seda” del gobierno frente a las organizaciones de desocupados y enjuiciar los intentos de cooptación a través de las llamadas “pymes” piqueteras. Mientras que para el ex presidente el momento para golpear al movimiento piquetero es ahora, Kirchner tiene otras preocupaciones; al referirse al paro piquetero de los bancarios se quejó: “No puede ser que Zanola (de la Asociación Bancaria) nos moje la oreja” (Clarín, 30/11). En la misma semana, sin embargo, se produjo el estallido salarial de los estatales de Santa Fe y se reinició el plan de lucha de los obreros del pescado en Mar del Plata, mientras maduran las condiciones para la huelga general en la docencia (aunque la lucha se contenga momentáneamente por el receso escolar). En Neuquén, una pueblada paralizó la ofensiva del “Menem” neuquino y desencadenó una movilización de masas.


Cooptación


El gobierno se ha aferrado a la política de cooptación del movimiento popular. Acaba de “laudar” que los ex obreros ypefianos reciban 39.500 pesos en bonos contra los 21.000 fijados por Duhalde (y los 70/80.000 que les corresponden); ha resuelto dar “un nuevo impulso” al plan de cooperativas “Manos a la Obra”, y mantiene el reclutamiento masivo de desocupados en comunas, hospitales y escuelas, con salarios de limosna.


El adversario de esta política del gobierno es el reloj, ya que “conjetura que los conflictos laborales que se avecinan podrían combinarse con las luchas piqueteras” (Clarín, 30/11). Las dudas del gobierno se acrecientan luego del fracaso del “cacerolazo” contra los piqueteros, propulsado desde La Nación, y de la reacción popular en Neuquén. Por otro lado, está la crisis del aparato estatal con la renuncia de Juan José Alvarez, puesto por Duhalde: “Tanto la Policía Federal como la Bonaerense atraviesan un inocultable estado de crisis que podría tornar impredecibles sus conductas si tuvieran que actuar” (Clarín, 30/11).


No existen entre Kirchner y Duhalde diferencias de caracterización del movimiento piquetero en lucha. Este representa la conciencia siempre latente del Argentinazo y un factor extraordinario de reagrupamiento reivindicativo y político independiente de los trabajadores. Una consecuencia de esto Duhalde la ve con claridad: “Pese a que aún el PJ domina la provincia y el país, pierde votos elección tras elección. Es una cáscara vacía que no le sirve a la gente ni a los afiliados” (La Nación, 30/11). La Asamblea Nacional piquetera es la única oposición política al gobierno, lo que fue patente con la movilización del 4 de noviembre y la de Neuquén.


Gobierno y duhaldismo actúan en lo inmediato en función de crear un clima de intimidación hasta el 20 de diciembre, para evitar que la jornada de movilización convocada por la ANT ocupe el centro de la situación política y dar armas políticas a quienes quieren sustituir la dirección de la ANT por un bloque de centroizquierda.


Salarios abajo, negocios arriba


El reclamo de “contraprestación laboral” a los trabajadores que perciben los 150 pesos se ha convertido en uno de los ejes de la ofensiva contra el movimiento piquetero – condición del Banco Mundial y de la burguesía argentina en su conjunto .


El gobierno está empeñado a fondo en impedir una reconstitución de la lucha salarial: Lavagna ha anunciado la decisión de flexibilizar las normas de contratación en las empresas pyme, lo cual significa una nueva vuelta de tuerca en la flexibilidad laboral.


El gobierno está empeñado en una política sistemática de compensación a la burguesía, la cual tiende a considerar al gobierno Kirchner como eje de sus negocios y de la reconstrucción del Estado. En muchos casos, con los mismos personajes que participaron de la década de las privatizaciones, intenta construir una base social propia, cimentada en el petróleo, la minería, la construcción, la pesca y la soja. Esta situación determina la falta de plan alternativo por parte de López Murphy, por ejemplo, y que la centroizquierda “se muestre dispersa por lo menos en cuatro bloques distintos” (La Nación, 23/11). El imperialismo comparte este juicio: “En el exterior insisten en que Kirchner logró un fuerte grado de gobernabilidad, impensado hace un semestre en la Argentina. Hoy tiene superpoderes y control sobre el Parlamento para aprobar leyes” (Clarín, 28/11).


Es que Kirchner está protagonizando un virtual ingreso de Argentina al Alca y se encuentra a un paso de lograr en la Cámara de Diputados la aprobación del proyecto de ley que extiende la protección de las patentes intelectuales. Se trata de un reclamo histórico de los EE.UU. que permite “suspender la fabricación de un producto o incautarlo, cuando haya sospechas de que se está duplicando” o tiene la patente en litigio (Infobae, 1/12).


Congreso de bases


La Conferencia sindical y fabril del Polo Obrero sesionó con casi 500 delegados y representantes, multiplicando más de tres veces su concurrencia de meses atrás. Estuvo representado, casi sin excepciones, el espectro de lucha y recuperación de los sindicatos de todo el último período. Lo más relevante de la Conferencia fue el grado de decisión que manifestó el activismo de organizar un mayor trabajo de penetración en los sindicatos. Fue votada por unanimidad una campaña por congresos de bases en los municipios, las provincias y la nación.


La Conferencia votó movilizarse el 19 y 20 de diciembre a la Plaza de Mayo y a cada una de las plazas públicas del país, por el salario y el trabajo, por la ruptura con el FMI, por el no pago de la deuda externa, por un gobierno de trabajadores y el pueblo, y por otro 19 y 20: las cinco consignas enarboladas por el Bloque Piquetero y la Asamblea Nacional de Trabajadores.