Políticas

4/9/1997|555

Los Sapag matan

No sólo a plomo, a través de su policía, sino también a través de sus empresas familiares. Con pocos días de diferencia, dos trabajadores de empresas del clan Sapag perdieron la vida mientras desarrollaban sus tareas. Uno de ellos, en la empresa vial C. N. Sapag, aplastado mientras reparaba una máquina, y otro en una de las minas de baritina, en la zona norte de la provincia.


A través del mineral de esta mina, que utilizan las empresas petroleras, los Sapag son proveedores cautivos de los pulpos, agregando así otro ingrediente a su dependencia de los Pérez Companc y Cía. Son socios de las petroleras en el negocio, y son socios en la violación de todas las normas laborales. El propio informe de la inspección de Trabajo, realizado a raíz del accidente en la mina, revela “el incumplimiento de la legislación en lo que hace a prevención de accidentes, capacitación del personal, falta de medios para la evacuación, seguridad, higiene y de medicina laboral, así como también de fallas en la infraestructura edilicia” (Río Negro, 27/8).


“Trabajo comprobó riesgos en la instalación eléctrica del interior de la mina, a la vez que planteó dudas sobre la potabilidad del agua para el consumo humano … (y) corroboró que en el interior de la mina no hay botiquín de primeros auxilios …” (ídem).


Todas estas anomalías habían sido denunciadas hace un tiempo por el sindicato AOMA, pero la Secretaría de Trabajo, cuyo titular designa el gobernador, no hizo nada. Se trata, pues, de otro crimen de un trabajador por parte de los Sapag.


A plomo y ‘a baritina’, los Sapag matan.