Políticas

1/4/1993|386

Los tilingos no quieren voltear a Menem

La UCR contra el radical Zavalía

El radical de Santiago del Estero, José Luis Zavalía, logró arrancar del tilingaje porteño una indignación que el cólera; la obstrucción del clero en la lucha contra el Sida; los narcogates y los curros; la entrega, el hambre y la miseria; la “dispensa” del FMI para sacar la “jubilación privada” después del 31 de marzo pero antes del diez de abril; que nada de todo esto fue capaz de suscitar. Todo porque el santiagueño dijo: “Nosotros tenemos por delante una lucha nacional, hay que voltearlo a Menem también, muchachos”. Luego, al referirse a la condecoración de quien llamó “nuestro principal murciélago… el presidente del Citibank”, concluyó: “… decimos que si nos tenemos que levantar en armas, nos vamos a levantar en armas para defender la soberanía nacional”.


Cualquiera con un mínimo de experiencia y firmeza de principios, reconocería en los dichos de Zavalía la típica demagogia del nacionalismo burgués, que si en alguna rara excepción se ha “levantado en armas” contra el imperialismo o “volteado” a gobiernos proimperialistas, lo ha hecho preferentemente buscando la regimentación de las masas y para capitular a renglón seguido ante el propio imperialismo.


Pero no es la demagogia sino el concepto lo que irrita a los tilingos. Y el concepto, sin embargo, es impecable. El pueblo brasileño, por ejemplo, acaba de “voltear” a Collor ganando las calles de la inmensa mayoría de las ciudades —y es precisamente esto lo que los tilingos no quieren que ocurra. En dos oportunidades, putchistas venezolanos estuvieron a punto de “voltear” al entreguista y súper-ladrón Pérez, con el concurso de lo que se perfilaba como una inmensa movilización popular. Esto es lo que los tilingos no quieren que ocurra. No quieren que, como en Gran Bretaña, el pueblo se movilice para “voltear” a la Tahtcher, o como en Los Angeles, para “voltear” a los esbirros de Bush y de Clinton. Los tilingos sólo defienden  la democracia cuando ésta les sirve para salvar a los gobiernos entreguistas, nunca como instrumento para acabar con estos entreguistas que roban, saquean, hacen fraude, explotan y entregan al país —apelando a los decretos de “necesidad y urgencia”.


¿Alguien vio a algunos de estos tilingos usando los medios de comunicación que poseen o los espacios radiales que disfrutan para iniciar una campaña por la destitución, vía juicio político, de Menem, reiteradamente incurso en el incumplimiento de deberes de funcionario público?