Los trabajadores del subte con Altamira

Con la asistencia de más de sesenta personas -treinta trabajadores del subte y sus familias- incluidos diez delegados de la AGTSyP, se realizó una importante actividad de lanzamiento de la campaña de PO y el Frente de Izquierda en la mutual Sentimiento. En un ambiente cálido, Altamira destacó la importancia de una fuerte campaña por las internas abiertas, para superar la cantidad de candidaturas oportunistas que se presentan con el propósito de rapiñar una parte del espacio político abierto por el Frente de Izquierda. Subrayó la importancia de la masiva movilización de los trabajadores de Brasil, que se han levantado contra un gobierno de centroizquierda como el del PT-PMDB y, en este cuadro, la trascendencia de un avance sin precedentes de la izquierda revolucionaria en la Argentina.


Los trabajadores -así como familiares y amigos presentes- indagaron en la proyección que tenía para la lucha política en el subte la campaña de la izquierda y por qué no se había avanzado más en el pasado. Altamira, en este punto, llamó la atención sobre la descomposición política de la fracción stalino-kirchnerista de Nuevo Encuentro, colectora del FpV, a la que adhiere la conducción de la AGTSyP. Nuevo Encuentro, a pedido de CFK, retiró sus candidatos de Merlo para no sacarle votos al fascista Othacehé. Hizo una síntesis de cómo la izquierda oportunista -Frente del Pueblo, Izquierda Unida- había bloqueado, en el pasado, la construcción de un frente de la izquierda revolucionaria, en especial en 2003, cuando la reducción de la jornada a seis horas (proyecto de ley presentado por Altamira) había dado un gran impulso a los delegados y activistas clasistas.


Para Altamira, la campaña del Frente debe servir para profundizar la delimitación con el cuerpo de dirección del sindicato del subte, que se ha pasado al campo del gobierno, incluso favoreciendo que el macrismo pasara a controlar el sistema subterráneo. El Frente de Izquierda, con su acción, ayuda a desarrollar esta diferenciación política, que es necesaria para la unión del movimiento obrero y del movimiento político realmente socialista.


Por su parte, Charly Pérez, dirigente histórico de los luchadores del subte y candidato del Frente de Izquierda a diputado por la provincia de Buenos Aires, destacó la lucha sistemática en el subte contra la domesticación sindical y subordinación al Estado que caracterizan a la conducción kichnerista del sindicato. Y la oportunidad de la campaña electoral para abrir el debate y reagrupar en el seno del numeroso activismo y trabajadores jóvenes del subte.


Los trabajadores presentes manifestaron diversas inquietudes. Se destacó, entre ellas, la que expresaba desconfianza en la participación en los procesos electorales, e incluso en las llamadas ‘promesas’ de los candidatos. Altamira expresaría, luego del asado, que estos recelos constituyen una expresión, entre muchas otras, de la insuficiencia del arraigo de la izquierda en el movimiento obrero, en cuanto corriente política. Esta consideración ayuda a entender la respuesta que ofreció en el momento: sin la unión de la izquierda revolucionaria y el movimiento obrero -sobre la base de la experiencia común, por supuesto, pero muy especialmente por medio de la propaganda y la agitación, el movimiento obrero no podría superar la larga etapa de dominación de la burocracia sindical y del peronismo. La posición ‘anti-política' aparenta una gran ‘pureza', pero esquiva el desafío histórico que tiene el movimiento obrero.


Otras inquietudes se refirieron a la reforma de la Justicia, el peso de la deuda externa en la situación del país y las perspectivas de la izquierda. A la interpelación de una trabajadora que está estudiando derecho, Jorge analizó lo que calificó como un derrumbe del derecho (burgués), que ha debido reconocer la mentira de la igualdad de la ley para depositar en los jueces la responsabilidad de aplicarla caso por caso. Con esta consideración introdujo la necesidad de que los jueces y fiscales sean electos por el pueblo.


Los comentarios de los presentes acerca del crecimiento del interés de la juventud y las amas de casa hacia el Partido Obrero, Altamira destacó que esto reforzaba el espíritu de lucha del activismo, que se siente respaldado más allá de los compañeros más cercanos y más allá de la propia empresa. Altamira propuso un comando electoral para el trabajo entre los que votan por primera vez y se ofreció a participar en reuniones de familia o camaradería, a partir de cinco personas, para discutir los planteos del Frente de Izquierda.


on estas conclusiones, la campaña del PO y el Frente de Izquierda dio su señal de largada en las filas del subte.