Políticas

29/8/1995|462

Los trabajadores necesitamos un paro activo nacional

La burocracia de los sindicatos está haciendo enormes esfuerzos y mayores malabarismos para esconder la cabeza en la tierra.


Cuando la crisis política estalla en toda su brutalidad y el gobierno capitalista desnuda su incapacidad para gobernar sin convulsiones, saqueos, hambreamiento, robo y asociación para delinquir, las burocracias de la CGT, MTA y CTA se empeñan en evitar que el 6 de setiembre tengamos un paro activo nacional.


¿Será con los “ceses” a la Gerardo Martínez que los trabajadores podremos derrotar a las mafias? Mafias capitalistas que reducen salarios, destruyen la salud y la educación, incrementan sin límite la flexibilidad laboral, fugan capitales, arrancan beneficios extraordinarios y aumentan las penurias de la población con sus enormes “costos” de corrupción, coima y fraude.


La burocracia no quiere que el 6 de setiembre respondamos con la huelga a los atropellos. Dice que no quiere la protesta sino la propuesta. ¿Pero puede haber hoy alguna propuesta que no sea una denuncia implacable del gobierno y de los capitalistas? ¿O que señale que su régimen de gobierno no es diferente a la delincuencia?


Cualquiera sea el resultado de la política de la burocracia de impedir que el 6 tenga lugar una huelga general activa, ésta seguirá planteada con más fuerza que nunca. Sólo de esta manera resolveremos la desocupación, prohibiendo los despidos y repartiendo la jornada laboral entre todos los trabajadores; sólo así arrancaremos un salario mínimo de 1.000 pesos, igual al costo de la canasta familiar; sólo con la huelga pondremos fin al drama de los jubilados, lograremos que se aumente el presupuesto de la salud y de la educación, y recuperaremos los convenios colectivos de trabajo que acaben con la flexibilidad laboral y la dictadura patronal en las fábricas.


Precisamente porque ése es el único camino, los trabajadores ya hemos impuesto en numerosas provincias que el 6 sea una jornada de huelga general. La presión por la huelga también se está ejerciendo vigorosamente en el SMATA y en UTA y ya han votado a favor de ella los docentes universitarios y numerosos sectores estudiantiles.


La guerra desatada entre los clanes oficiales y los grupos capitalistas es una clara demostración de que los explotadores han agotado su capacidad histórica de gobernar. Es la hora de que los trabajadores digan su palabra, es decir, fijen su programa y su política.


Para ello es necesario un congreso de trabajadores; la elección de comités de lucha y de delegados con un mandato deliberativo. Es necesario que todas las organizaciones y tendencias auténticamente obreras y populares inicien una campaña por un congreso de trabajadores.


La plata para resolver la crisis está. Está en los cofres de los ricachones; está en sus cuentas secretas; está en las cuentas del Estado; está en los bancos. Que se abran las cuentas del Estado y de los capitalistas al escrutinio de los trabajadores.


La hora reclama un paro activo nacional contra el gobierno mafioso-capitalista de Menem-Cavallo.