El viernes pasado, falleció Mabel Gutiérrez. Desde la desaparición de su hijo Alejandro, en 1978, fue puntal de “Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas”.  A poco de andar, Mabel captó la la lucha política que surcaba al movimiento de libertades bajo la dictadura. En esa delimitación, Mabel se ubicó enseguida entre los que rechazaron la política de contemporización con los genocidas, que pregonaban los partidos patronales y el PC. Se acercó a Cata Guagnini y fue su compañera de lucha inseparable durante todos esos años. Mabel integró la célula clandestina de “Política Obrera” bajo la dictadura. En ella, se discutieron muchas de las consignas y orientaciones que animaron la lucha por la “aparición con vida”.

Con la retirada de la dictadura, los caminos políticos comenzaron a bifurcarse. El régimen seudodemocrático instaurado en 1983 no se privó de abusar de la bandera de los derechos humanos, pero preservó la impunidad del alto mando que ejecutó el genocidio, así como la de su Justicia cómplice. Mabel no lo vio así, y polemizamos con ella desde las páginas de Prensa Obrera. Luego, también lo hicimos en innumerables reuniones convocadas para conmemorar los 24 de Marzo. El pasado común bajo la dictadura hizo que desarrolláramos esas polémicas con respeto mutuo, siempre. Cualquiera fuera el carácter de éstas, no vacilaba en reivindicar la acción de PO en los años de Videla.

Despedimos a la luchadora incansable, a la compañera de Cata y de todos nosotros en los años más duros.

                                                                                                      

                                                                                                         

M. R.