Políticas

18/3/2010|1120

Macri: copamiento del Opus Dei y proscripción bicentenaria

Esteban Bullrich, el ministro de Educación de la Ciudad, acaba de generar un escándalo al proscribir los materiales curriculares de discusión sobre el bicentenario elaborados por un equipo de historiadores armado por el propio Ministerio.

El ministro cuestionó especialmente los materiales para la escuela media, que plantean (en palabras de los autores) el objetivo de recuperar la visión histórica de las clases “subalternas” (o sea, de los trabajadores y los explotados).

Al asumir como ministro de Educación de la Ciudad, Bullrich dijo que “convocaría a la Iglesia” a la discusión de las políticas educativas. Aseguró el copamiento del Ministerio por privatizadores eclesiásticos. De esta banda, se destacan Mario Terzano (de financiamiento), vinculado al Opus Dei y a las privatizaciones menemistas, y Santiago De Estrada, ex funcionario de la dictadura militar, del menemismo y embajador en el Vaticano bajo el gobierno de Alfonsín.

Las críticas a los materiales reproducen las de Héctor Aguer (obispo de La Plata y encargado del área de Educación Católica de la Iglesia) a la materia Construcción de la Ciudadanía (que se dicta en la provincia de Buenos Aires). Aguer declaró el año pasado que la materia apuntaba a formar “revolucionarios analfabetos”. Sileoni, el ministro de Educación kirchnerista, rechazó en ese momento las críticas de Aguer, pero eso no le impidió compartir la tribuna con él, por ejemplo, al presentar la nueva secundaria en el curso de rectores de colegios católicos en Salta, en febrero de este año.

En realidad, la avanzada de la subordinación de la educación a la Iglesia se la llevan los K: en 2009, el kirchnerista Urtubey reinstaló la enseñanza obligatoria de religión en las escuelas del Estado en Salta.

El macrismo, que otorga millones de pesos de subsidios a las escuelas de la Iglesia ahora proscribe por mandato clerical el debate del Bicentenario. Demuestra así, una vez más, que es incompatible con las libertades democráticas más básicas. Aprovechan el Bicentenario para barrer con cualquier atisbo del laicismo heredado de la Revolución de Mayo.