El rápido acuerdo en torno de la cantidad de comunas y de su delimitación (algo que permaneció trabado durante ocho años) obedecería, por sobre todo, a que Ibarra y Macri se han puesto de acuerdo en convocar a elecciones de Juntas Comunales en octubre próximo, junto a las elecciones de diputados y legisladores. Esta sería la respuesta de Ibarra a la decisión kirchnerista de excluirlo de las listas para las elecciones de octubre. Ocurre que “en los barrios el jefe de gobierno tiene algún margen de maniobra política” (La Nación, 15/6), y por eso procurará “vecinalizar la elección” (ídem). Es decir que, en vista de la demolición política de su gobierno, procurará “traccionar” votos desde el sistema de punteros barriales armado en los “centros de gestión y participación”. El macrismo podría hacer lo propio con las unidades básicas filoduhaldistas que colaboran con él. Por el contrario, el kirchnerismo plantea que las comunas se voten en 2007, ya que apuesta a la captura del distrito desde “arriba”, con el apoyo del gobierno nacional. Para ello, se apoya en la banda de punteros que sostuvo a Menem y Grosso y, más recientemente, a Cavallo y Beliz.