Políticas

18/8/2016|1424

Macri en Mar del Plata: lo que ocurrió realmente

¡Repudiamos la represión policial y la persecución de los ajustadores!


El pasado 12 de agosto, Macri intentó hacer un “acto popular” con “anuncios de obras” en el barrio Belisario Roldán, pero tuvo que ser levantado como resultado de un proceso de organización y lucha popular.


 


Se trata de un barrio sin la inversión elemental, con zonas liberadas para los narcos y las mafias. Aún hoy sus habitantes deben lidiar con las fallas constructivas que dejaron los “José López” y sus contratistas en las 400 viviendas de una etapa del Plan Federal.


 


El Presidente que aplica con ajuste feroz y que se refiere de forma provocadora sobre el genocidio, no tuvo mejor idea que aterrizar en helicóptero -junto a la gobernadora Vidal- en el predio del Hospital Interzonal (Higa), que está en estado de catástrofe, y al que no se dignaron entrar.


 


Una provocación tras otra, en un municipio quebrado por contratistas y privatizadores, y en el que son cotidianos los conflictos de los trabajadores municipales, recolectores, trabajadores precarizados. A ellos deben sumarse las luchas de los maestros, médicos, judiciales y estatales provinciales. Mar del Plata es, además, un centro de la lucha contra los tarifazos.


 


El Presidente y su comitiva fueron recibidos por una larga bandera con los rostros de los desaparecidos de la zona, portada por organizaciones de derechos humanos (y algunos militantes kichneristas), que repudiaron -frente al cordón policial- las últimas declaraciones del gobierno con respecto a los desaparecidos.


Unos cien integrantes de otras organizaciones sociales y políticas que se movilizaban con pancartas y consignas desde unas cuadras más alejadas, fueron interceptados, baleados y gaseados sin previo aviso.


 


El acto oficial, al que concurrieron un puñado de simpatizantes del PRO, y al que fue convocado una “guardia” de seguridad de la Uocra y la UTA, prácticamente no pudo realizarse, porque otros 100 vecinos increparon a la comitiva oficial, portando pancartas y carteles.


 


En este escenario, el acto duró dos minutos. Sólo alcanzó para que Vidal balbuceara una queja y para que Macri, en el afán de parecer conocedor del “territorio”, inventara un barrio que no existe (el Barrio Tribuna) y repitiera anuncios hechos durante estos ocho meses, dirigidos a las empresas constructoras más que a los vecinos. Se retiraron en medio de un tumulto, protegidos por burócratas y policías.


 


Horas después de la represión, el propio jefe policial de la provincia, Pablo Bressi, desmintió al presidente acerca de la existencia de piedrazos a la comitiva. Sin embargo, se desenvuelve una persecución policial y judicial contra todos los manifestantes, con acusaciones que llegan a calificar lo que no sucedió de “atentado al presidente”(¡!). Scioli, Pichetto y Massa -entre otros- han repudiado las “agresiones” a Macri y avalado la represión policial: el ajuste los une al gobierno.


 


El Partido Obrero repudia la represión ordenada por el gobierno. Exigimos que se investigue el accionar policial para determinar las responsabilidades políticas y materiales, y que cese toda persecución contra los vecinos y trabajadores.


 


Por un plan de obras públicas y viviendas, a costa de los especuladores y las grandes empresas, bajo control de los trabajadores y vecinos.