Políticas

19/7/2007|1001

Macri le echa nafta al fuego

La crisis habitacional

Macri está sacando a luz el programa que disimuló durante toda la campaña electoral. En materia de vivienda, va por la erradicación de las 170.000 personas que viven en las villas porteñas.


La primera villa cuestionada es la 31. Según Noticias Urbanas (7/7), “el plan para erradicarla, ya comenzó”. Macri justifica la expulsión de sus 25.000 habitantes en nombre de que “complica el tránsito portuario”. Todo el mundo sabe, sin embargo, que el eje del movimiento de puertos ya se desplazó hacia los muelles de contenedores de Dock Sud, a La Plata, Campana y otros puntos de la provincia. Las abandonadas instalaciones han sido copadas por la especulación inmobiliaria, o sea, Puerto Madero “uno” y “dos”. Es con ese mismo fin —construcción de torres, superhoteles y shoppings— que Macri quiere desalojar a la Villa 31.


El gobierno de Pro resarciría a las familias de la villa con “28 ó 30.000 pesos”. En la tarea de convencer a los vecinos para que agarren estas compensaciones, los macristas “hablaron con algunos dirigentes que estaban apoyando a Filmus y ahora negocian con el macrismo” (Noticias, ídem). ¿Pasaje de bando? No necesariamente. La privatización de las tierras del puerto y de Retiro ha sido, desde siempre, un negocio en común de Kirchner-De Vido, de un lado, e Ibarra (o Telerman), del otro.


Un plan más general


Cuando anunció sus planes para la 31, Macri dijo que era “la única villa” que pensaba erradicar. Para las demás, Macri ha puesto a un dirigente local de Pro “a cargo” de cada una. Rodríguez Larreta, futuro jefe de Gabinete, ha sido claro respecto de lo que se espera en ellas: “Hay que ver cómo (sic) urbanizarlas, en los casos en que pueda hacerse (sic), o bien trasladar a la gente a lugares donde puedan tener condiciones de vida más dignas” (¡!) (Clarín, 13/7).


Lo que está diciendo, en realidad, es que la receta de Pro no será distinta a la que ya intentaron los Domínguez o, más cercanamente, Ibarra: expulsar vecinos con el pretexto de la “apertura de calles” y ofrecer la promesa de urbanización a una minoría de cada villa, con el único propósito de dividir a sus pobladores. La “nueva” fuerza porteña, el Pro, ha colocado al frente de este operativo a inveterados punteros, como el duhaldista Christian Ritondo. Con ello buscará tender los lazos para cooptar a los burócratas villeros —hasta ayer con Ibarra o con Telerman— a los planes expulsivos.


Un planteo inviable


Macri pretende pasar a la historia por estas erradicaciones, sin haberse detenido a pensar por qué, en los últimos cinco años, han crecido todas las villas de la ciudad. La Defensoría del Pueblo acaba de informar que en los primeros cinco meses de 2007 fueron desalojadas 11.400 personas, duplicando los niveles de un año atrás. La furiosa especulación inmobiliaria ha arrojado a la calle a miles de familias de los departamentos o pensiones que alquilaban. Este éxodo alimentó a las villas con nuevos pobladores y desató una oleada de ocupación de terrenos. Macri se propone “vaciar” a las villas de habitantes, en función de los megaproyectos inmobiliarios. Pero por la acción de esos mismos especuladores, cada familia expulsada será reemplazada por dos nuevas. Los Macri, que posan de erradicadores de villas, son los más grandes promotores de su proliferación.


La escalada de Macri no se detiene en los villeros o desalojados: si prospera su plan de copamiento capitalista del suelo, se encarecerán los alquileres y los precios de las viviendas.


Es necesario oponer un programa y un plan de movilización: ni un solo desalojo. Por la urbanización de las villas, integrándolas al tejido de los barrios preexistentes, con todos los servicios esenciales. Esta urbanización debe estar bajo control de delegados electos, no de punteros ni burócratas villeros. Para resolver el problema de la vivienda se puede disponer de los terrenos de la Corporación Sur, de Retiro y de la zona portuaria. Por un plan masivo de viviendas populares.


Con estos planteos, y para votar un plan de lucha contra los acaparadores y sus gobiernos, comenzamos a preparar el Congreso de Vivienda de la Capital.