Macri, Palacios y el sionismo

Los esfuerzos por ocultar la responsabilidad del sionismo en la red de espionaje montada por Macri alrededor de la Policía Metropolitana han sido en vano. Lo prueba el  hecho de que asistimos a lo que puede transformarse en un verdadero culebrón, pero donde los actores principales no serán venezolanos sino integrantes de la cúpula de las organizaciones sionistas del país y del extranjero.

Sucede que luego de un silencio de varias semanas, el ex embajador de Israel en la Argentina, quien actualmente ocupa el cargo de responsable de las Comunidades  Judías de América Latina, Rafael Eldad, declaró que “no conozco ni sé quién es Palacios” (El Cronista, 31/8). De esta forma, pretendió refutar las reiteradas declaraciones hechas en varias oportunidades por Macri sobre la recomendación de la Embajada de Israel para el nombramiento de Palacios como jefe de la Metropolitana. Según Macri, la Embajada dio su acuerdo porque “Palacios es un amigo de Israel”. Siempre –según Macri también– dieron su aprobación para el nombramiento de Palacios “amigos de Israel” inconfundibles, como el Mossad, la CIA y la DEA.

La desmentida del ex embajador ha causado un revuelo en el macrismo. Marcos Peña, secretario de Gobierno de la Ciudad, afirmó que “o miente el cable de la agencia, o miente Eldad o no se acuerda. Pero no es verdad que no lo conoce” (ídem). Agregó que “además, se reunió con Macri en su casa y le dijo que no había problemas con Palacios” (ídem). Las cosas, como vemos, empiezan a pasar de castaño oscuro porque no hace a las formas de la diplomacia acusar a un ex embajador de mentiroso.

La pregunta a responder es por qué el funcionario sionista realizó estas declaraciones, luego de un largo lapso sin que la Embajada diga esta boca es mía. Todo parece indicar que la reacción del ex embajador está determinada por una crisis dentro del propio bloque sionista.

Sergio Burstein, un dirigente de los familiares de las víctimas del atentado a la Amia –a quien Ciro James le pinchó el teléfono– lo puso de relieve cuando, días atrás, reclamó “de una vez por todas, la Embajada de Israel debe aclararlo, debe salir al cruce reconociendo o negando esta versión, porque de ser cierto es mucho más grave todavía, porque este señor dice que incluso le dijeron en la Embajada de Israel que el Fino Palacios no tiene nada que ver con el encubrimiento del atentado a la Amia” (Noticias de la Ciudad).

¿Alcanza la declaración del ex embajador para exculpar al Estado de Israel sobre el nombramiento de Palacios? La tardanza en aclarar el asunto ya parece sospechosa. Pero no es sólo esto. En la página de Internet de la “pyme de escuchas” de Ciro James aparece como referencia nada más y nada menos que el propio gobierno israelí. Pero si estos datos no alcanzan, digamos que Fino Palacios fue condecorado por el Estado de Israel por su papel en la investigación del atentado a la Amia, cuando ocupaba el departamento de “lucha contra el terrorismo” de la Policía Federal. Las declaraciones del ex embajador oscurecen más de lo que aclaran. Además, el reclamo de Burstein sigue en pie porque la Embajada, oficialmente, todavía no se ha pronunciado. Y no sólo sobre su “recomendación”, sino por algo más grave aún: ¿está “protegiendo” o no al Fino Palacios al negar su papel en el encubrimiento del criminal atentado a la Amia? Por este asunto, la Justicia lo tiene procesado junto a Rubén Beraja, ex titular de la Daia, por encubrir la participación del Estado argentino en el atentado y, además, utilizar la “investigación” para desarrollar una política de provocación militar contra Irán, acusándolo de responsable del atentado.

La declaración del ex embajador, ¿puede significar que el sionismo le suelta la mano a Macri? De lo que sí podemos estar seguros es que de ahora en más la crisis entra en un cuadro mucho más serio, donde los márgenes para la demagogia se reducen fuertemente. Por eso es previsible que la Comisión Investigadora formada en la Legislatura tienda a tapar la responsabilidad del sionismo y de los ervicios de inteligencia extranjeros, reduciendo su “investigación” a las escuchas realizadas al cuñado de Macri.

A la luz de estos choques políticos cobra un nuevo significado el pacto entre macristas y kirchneristas para que la Comisión Investigadora sea presidida por el joven legislador K de La Cámpora, Cabandié. Los K, que aparecen como los mejores representantes del sionismo, están interesados en cerrar rápido toda investigación, ocultando la responsabilidad tanto del sionismo como del macrismo.

Nuevamente, se pone de manifiesto que para luchar contra Macri, su red de espionaje y los encubridores del crimen de la Amia es necesario enfrentar al mismo tiempo a la camarilla kirchnerista.