Políticas

22/7/2010|1138

Macri: relaciones peligrosas

Una comisión para el encubrimiento

En condiciones ‘normales’, la ‘protección’ de la CIA, la DEA y el Mossad es una garantía de impunidad. En otras condiciones, es un salvavidas de plomo. Es curioso que, en medio de la crisis de las escuchas, Macri haya ido a pedir socorro a la Daia, donde justificó el nombramiento de “Fino” Palacios –por interpósita persona de Ciro James– porque le fue “recomendado” por aquellas tres ‘instituciones’ señeras de la democracia. La desesperación de Macri ha puesto a la luz pública la responsabilidad de aquellos tres servicios en la trama de la crisis política que se ha abierto en la Ciudad. Probablemente, esto no le haya caído en gracia a estos servicios. Por el cariz que han tomado los acontecimientos, parecería que la reunión con cuarenta dirigentes en la Sociedad Hebraica, en Pilar, no habría producido los efectos que Macri esperaba –y hasta podría haber ocurrido lo contrario. Es cierto que el bloque del PRO tiene el aspecto de mantenerse firme (y hasta cuenta con la complicidad medida de los ex kirchneristas que responden al legislador Kravetz), pero sus amigos de la ‘oposición’ flaquean, ni qué decir de los jueces que integran la Cámara de Apelaciones.

Kirchner, en cambio, sigue recibiendo apoyos por el giro que le ha impreso a la investigación del atentado –que adjudica a Irán–, el último de ellos, del Congreso de los Estados Unidos.

¿El Mossad le soltó la mano a Macri? No lo sabemos, pero lo que está claro es que la crisis política en la Ciudad tiene que ver con los protagonistas vinculados con el no esclarecido atentado a la Amia. El asunto ya no es más solamente la responsabilidad ‘institucional’ de Macri; acá hay que esclarecer la participación de los servicios de potencias extranjeras y su responsabilidad en la falta de esclarecimiento del atentado a la Amia y del atentado, siempre omitido o relegado, contra la embajada de Israel. Es necesario también que se abran los archivos de la ex Side, cuyos funcionarios también han jugado un rol de encubrimiento.

Cualquier investigación, o comisión investigadora o investigación penal, que se limite a la persona de Macri, constituiría un acto de encubrimiento. Lo mismo vale para el caso de su destitución. Si la CIA, el Mossad y la DEA consideraran que una destitución de Macri sería un mal menor, porque los sacaría de las candilejas y permitiría archivar todo el asunto, podríamos considerarla un hecho. Kirchner pasará a ser su ‘pollo’ exclusivo en la tarea de calentar los motores para una guerra contra Irán.