Políticas

31/7/2019

¿Magnetto le hace el juego a Alberto?

Luego de que el domingo Alberto Fernández afirmase que de llegar al gobierno va “a dejar de pagar los intereses de las Leliq que está pagando la Argentina todos los días”, en lo que fue interpretado por algunos como una declaración disruptiva y contraria a lo que se perfila como su política económica, Clarín se hizo eco de la misma con una interpretación muy peculiar.


Según el diario, el candidato habría mostrado con ello sus planes de defaultear los intereses. La lectura es de una torpeza absoluta. Primero, porque no se puede entrar en cesación de pagos sobre intereses, sino sobre la deuda total incluida el capital; en segundo lugar, porque la deuda de las Leliq es un pasivo en pesos del Banco Central, y es justamente este la única institución en el mundo que cuenta con la potestad de imprimir casualmente los pesos que debe.


La interpretación del ‘gran diario argentino’ es errada, ante todo, si se tiene en cuenta la propia concepción de la candidatura de Alberto Fernández: la de dar un mensaje a los mercados de que el kirchnerismo se prepara para gobernar más dócil y obediente que nunca. Si Cristina se jacta de que es más capitalista que Macri y les recuerda a los banqueros que con ella en el gobierno “se la llevaban en pala”, quién viene a representar su derechización no va a sacar los pies del plato.


Como señalamos en otra nota en Prensa Obrera, lo que verdaderamente representa la declaración de Fernández es que va “a dejar de pagar estos intereses”… para pagar otros. En el lenguaje de Alberto, significa que millones y millones de pesos, principalmente de los bancos (únicos poseedores de Leliq), se irán al dólar, generando un tipo de cambio más alto, salarios más bajos medidos en dólares y una inflación pujante, producto de la emisión monetaria que significaría dejar vencer el instrumento estrella del macrismo.


Macri pesificado


Como es de público conocimiento, la imagen del presidente y por ende sus chances de ser reelecto están asociadas directamente con el precio del dólar. Las Leliq cumplen un papel fundamental en la llamada “paz cambiaria” que se vive en las últimas semanas, siendo una corrida un daño letal a la campaña de Cambiemos.  El gobierno quiere mostrar con este, el único dato que lo favorece, que tiene el toro por las astas y que está vez sí “lo peor ya pasó”; ello mientras la inflación interanual sigue siendo mayor al 50%, la caída del salario real es estrepitosa y se derrumba el consumo.


El actual nivel de tasas es un experimento extremadamente costoso para el BCRA, que ya cuenta con patrimonio negativo y que no tiene la capacidad de aguantar esta bomba de tiempo por mucho más. Muestra de ello fue la apresurada y furiosa respuesta del gobierno ante los dichos de Alberto, señalando que “no habrá sobresaltos” con el dólar tras las PASO, mostrando su imperiosa necesidad de evitar una desvalorización del peso que lo mostraría impotente.


La salida es por izquierda


Si Clarín procuraba colocar al kirchnerismo y su nuevo armado como contrario al mercado, el pago de la deuda y la ganancia de los grandes capitales (particularmente los bancos), la jugada bien podría ser un disparo del multimedio a sus propios pies, pudiendo causar con ella una corrida en medio de la campaña que aumentase las chances de victoria del ex jefe de gabinete de Kirchner. Algunos analistas especulan con que esto habría sido una movida del propio Instituto Patria, y que Clarín habría pisado el palito, e incluso voces oficiales, en diálogo con La Nación, hacían una analogía con la gira de Cavallo y Di Tella en la que anunciaban una dólar alto post-elecciones de 1989, en la campaña que consagraría a Menem como presidente.


A diez días de las PASO, y en un contexto donde los empresarios marcan la agenda con su programa de reformas antiobreras, los candidatos patronales se pelean para ver quién aparece como el mejor garante para aplicar ese programa.


Los trabajadores debemos ser conscientes de que ni este gobierno ajustador, ni su posible reemplazo de colaboración de clases son una salida para nosotros frente a la crisis. La crisis económica que atraviesa el país no se solucionará con una tasa de interés más baja ni un dólar más alto. La virtual quiebra del Banco Central coloca sobre el tapete la necesidad de una nacionalización de la banca sin indemnización y bajo control obrero, como medida elemental para frenar la fuga de capitales, junto con el desconocimiento de la deuda externa.


El Frente de Izquierda se coloca como la única garantía en defensa de nuestros derechos, con un programa socialista para que la crisis la paguen los capitalistas.