Políticas

4/11/2010|1153

Mariano Ferreyra: un gran aporte a la clase obrera y la revolución

-Exclusivo de internet

Desde hace cinco años pude compartir un ámbito en común con Mariano Ferreyra, su aporte era sencillamente fundamental. Su capacidad de analizar los problemas desde una mirada critica y de valorar a cada uno por lo que podía aportar, dichos por sus propios compañeros de Avellaneda, visten de cuerpo entero al “jefe” que se ganó el respeto de nuestros compañeros de la UJS, de estudiantes y obreros.

Es esta misma capacidad la que lo llevo a Marianito a ponerse al frente de la regional Avellaneda del P.O., sin achicarse nunca, con un abanico de frentes de intervención política que van desde comisiones internas y el vasto movimiento obrero de la zona, hasta el trabajo de CBC de Avellaneda donde naturalmente surgía como el principal referente de la Fuba.

El arcoiris de ocupaciones intelectuales y artísticas, a las que se dedicaba con pasión, eran la muestra nítida de sus ansias de terminar con la opresión de clase, que despojan a la juventud obrera del derecho al trabajo y de la posibilidad de acceder a la educación y a la cultura.

La compañera Elsa, que lucha día a día por recuperarse junto sus familiares, amigos y compañeros, ha expresado en mas de una oportunidad sus deseos de luchar toda su vida; Mariano Ferreyra hizo hace poco la misma confesión a los compañeros.

En cierto grado de desarrollo de la conciencia, la clase obrera llega a la conclusión que hay que terminar con este régimen social, que oprime a la los trabajadores, para poner en pie uno nuevo que de salida a todas las reivindicaciones. Elsa y Mariano habían llegado hace rato a esta conclusión y expresaron su disposición, tajante e intransigente, de dedicar sus vidas a este propósito.

El grado más alto de la conciencia humana es el que se expresa en la necesidad de dedicar la vida a la transformación revolucionaria de la sociedad, para liberar al hombre del yugo de la opresión de clase.

Esta comprensión es la que guiaba la actividad de Mariano como militante del Partido Obrero. En este marco debe entenderse su aporte a la clase obrera. No es casualidad el hecho que se haya metido a fondo en la lucha con los obreros tercerizados del Roca, el mismo era una victima de la precariedad laboral; un problema que afecta a millones de jóvenes y que tiene al Estado como principal promotor a través de la tercerización de servicios publico y el trabajo municipal tercerizado de los Argentina Trabaja.

Conocía muy bien el rol de la burocracia asesina que le arrebató la vida. El desguace del ferrocarril durante las privatizaciones y las reformas laborales no se hubieran podido llevar a cabo sin su complicidad directa. Ahora es la propia burocracia la que maneja jugosos subsidios y está al frente de las tercerizadas, explotando trabajadores por la mitad del salario del convenio ferroviario. El gobierno K hizo uso y abuso de las leyes laborales reformadas (“la herencia de los ’90”) que expresa las relaciones obrero patronales en los lugares de trabajo y que permite la superexplotacion obrera a través de las tercerizadas y el trabajo eventual.

La alianza estratégica de los K con la burocracia sindical, apunta a impedir cualquier desarrollo de expresiones independientes del movimiento obrero. Esta necesidad se agudiza con la emergencia de sectores combativos (Subte, Casino, Hospital francés, huelga de alimentación de Córdoba, etc.), por un lado y la fragilidad de un estado golpeado de muerte por la rebelión popular de 2001, por el otro. Los k vinieron a recomponer a la burguesía nacional y su Estado contra la clase obrera y la rebelión popular. Mariano Ferreyra es parte de la expresión conciente de la rebelión popular.

Debemos luchar sin descanso hasta que sus asesinos se pudran en la cárcel. Hay que abrir un debate y un proceso de organización en el ferrocarril y el movimiento obrero en general para terminar con la burocracia. Hay que redoblar los esfuerzos en nuestra agitación política e incorporar a la juventud y la clase obrera a nuestras filas para desarrollar el partido que, junto a la clase obrera, termine con este régimen social y para que gobiernen los trabajadores.

Los asesinos de Marianito la tienen que pagar, en la cárcel y donde más les duele, en los lugares de trabajo.

Te cuento, Mariano, que una movilización popular de 50 mil personas en Plaza de Mayo coreó un saludo para vos: “se va a acabar, se va a acabar, la burocracia sindical!”. Marianito, esto no es un adiós, ¡será Hasta la victoria!