Políticas

23/10/2003|822

Más subsidios a los ferrocarriles

Todavía resuenan las amenazas de campaña de Kirchner contra las privatizadas ferroviarias.


En un extenso informe, la AGN acaba de presentar una larga lista de incumplimientos que incluyen el no pago de los cánones, la ausencia total de inversiones, la falta de seguros de responsabilidad civil, ajustes tarifarios ilegales, ausencia de inventarios iniciales (es decir, al término de las concesiones no van a figurar ni los galpones). Así, el servicio ferroviario, especialmente de pasajeros, es una bomba de tiempo a punto de explotar.


En este descomunal desfalco contra el Estado están involucrados los grandes pulpos de los trenes urbanos (TBA, Metropolitano, Ferrovías y Metrovías), y también los operadores del corredor de cargas, entre los que se encuentran Loma Negra y Techint.


La magnitud de la estafa es tal que “Lavagna debería rescindir en masa los contratos e iniciar juicio contra esas empresas y contra los funcionarios que estuvieron encargados de controlarlas” ( Página/12, 18/9).


Pero Kirchner acaba de tomar la decisión de… aumentar los subsidios para los trenes de pasajeros en 3,7 millones de pesos. Informe de la AGN mediante, “la operación privada de los trenes urbanos pasará a costarle al Estado casi 600.000 pesos diarios, una suma que lejos de congelarse podría pegar otro salto en los próximos meses como consecuencia de los cambios normativos que aprobó la actual administración kirchnerista” (Clarín, 10/10).


Los cambios “normativos” de Kirchner compensan a los capitalistas que han desmantelado el ferrocarril, por retrasos tarifarios y mayores costos operativos. Esos “costos operativos” incluyen los salarios, o sea que “los concesionarios le trasladan al Estado los mayores costos laborales que registren en su actividad. Así, todas las subas salariales que las empresas acuerden con los gremios y los nuevos empleados que incorporen podrán ser ‘cargados’ a la cuenta del Estado” (ídem).


Complacidos, los privatizadores se han mostrado interesados por la reapertura de nuevos ramales. En especial si, como plantean los pulpos ferroviarios, el “Estado se ocupa de la recuperación de las vías y entrega locomotoras y vagones, (entonces) el tren sería competitivo con el transporte automotor de larga distancia” (Ambito Financiero). Sólo lograr que el trayecto Buenos Aires-Santa Fe en Ferrocarril pueda hacerse en el mismo tiempo que en ómnibus, le costaría al Estado 60 millones de pesos.


Mientras se procesa esta “recuperación” del ferrocarril “para el pueblo argentino”, los nuevos subsidios dejarán sentado un precedente que reclamarán todas las empresas, a saber: aumentos tarifarios y subsidios y traslado de “costos operativos” a los recursos del Estado.