Gideon Levy es una de las voces que, dentro de Israel, se opuso a la guerra contra Gaza desde su inicio y denunció públicamente la masacre de la población civil palestina. “Israel no tiene piedad por los bebés en las nurseries y en las escuelas de Gaza”, escribió recientemente Levy en su columna en Haaretz (15/1). Su valiente denuncia le valió un ataque abierto de la cancillería israelí y, más directamente, amenazas de muerte. Las ‘advertencias’ y amenazas no detuvieron sus denuncias.

El más reciente ataque contra Levy no proviene de la derecha sino de los ‘pacifistas’. Lo comandó el conocido escritor Abraham Yehoshua en una carta abierta  en la que le advierte que resulta imprescindible que revea su oposición a la guerra para mantener su “legitimidad moral” (Corriere della Sera, 17/1).

¿Cómo pretende Yehoshua que Levy salve su “legitimidad moral”? Respaldando incondicionalmente, como hace el propio Yehoshua, el asesinato serial de bebés y niños por el Ejército sionista.

Dice Yehoshua: “Golpeamos a Hamas, no a los niños”. Falso. Un tercio de los muertos en los ataques sionistas son niños; fueron bombardeadas numerosas escuelas donde estaban refugiados.

Para el ‘pacifista’ Yehoshua, como para el alto mando israelí, los niños son un blanco lícito. Explica: “Es para el interés de sus propios niños en el futuro, para que no mueran en otra aventura sin sentido” (ídem). “Le hago notar un pasaje que horroriza: ‘matamos hoy a sus niños para salvarlos en el futuro’…”, le responde Levy (ídem). Yehoshua promete bombardear por lo que resta del siglo que recién comienza.