Políticas

22/3/2020

Mendoza: coronavirus y crisis en los barrios 

¿Cómo sostiene una familia empobrecida la cuarentena?

Una familia tipo de 4 personas con dos miembros desocupados, o madre soltera que cobra un programa social (en el mejor de los casos), podría percibir un ingreso mensual de aproximadamente $14.700 (por 2 AUH y un Programa Social). Ingresos muy lejanos a cubrir la Canasta Básica Total que está por encima de los $31.000 en febrero del 2020. 


El cobro de $3.000 por única vez para los Programas Sociales y el reforzamiento de la asistencia de alimentos para los comedores vienen más que atrasados y son insuficientes, no solo por la propagación del Virus del Covid-19, sino también por el hambre y la desocupación que se propagan como un virus. 


La otra realidad que el gobierno esconde es que con estos números y una desocupación por encima del 8.8% en Mendoza en el último cuatrimestre del 2019, cientos de familias son empujadas a asistir a los comedores y merenderos populares para tener un plato de comida, el cual en los últimos 3 meses ha sido comprometido porque los envíos de alimentos se han frenado y se hacen a discreción del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación quien, peor aún, ha estado enviando alimentos en condiciones deplorables (apestados de gorgojos en la harina o fideos). 


En una provincia donde la desnutrición infantil está por encima de la media del país, la asistencia de alimentos es primordial y no podía esperar a que llegara el coronavirus.


Con este cuadro y con la paralización de las changas, del trabajo doméstico y de cualquier tipo de actividad la “cuarentena” se vuelve insostenible para las familias humildes.


Las medidas anunciadas por el gobierno nacional y el provincial frente a la posible propagación del coronavirus solo son “para la tribuna” si uno empieza a bucear la realidad que viven los cientos de familias empobrecidas y sin sustento en los barrios obreros y populares de Mendoza. 


¿Qué pasa con la asistencia sanitaria para prevenir el contagio? 


Los barrios populares son un “polvorín” de propagación del coronavirus y expresan la crisis generalizado de muchas cosas. Muchas familias viven hacinadas (hasta 6 personas en una casa de 4 ambientes en el mejor de los casos), lo cual hace imposible tomar las medidas preventivas. 


Esto se profundiza si tenemos en cuenta la inmensa cantidad de asentamientos y basurales a cielo abierto, la falta de agua potable y otros problemas ligados a la urbanización en los barrios.


Los Centros de Salud han sido devastados. Antes no contaban con personal y ahora tampoco, los pocos que hay no están capacitados para enfrentar la Pandemia. Ni hablar que estos cuenten y asistan con kits de higiene a las familias para preparar el mínimo cuidado preventivo frente al virus. 


Por donde se la mire, la propagación del coronavirus expresa al punto extremo la crisis social a la que nos han llevado los gobiernos por seguir en su afán de garantizar los pagos de deuda, reformas laborales para las patronales y la destrucción del sistema de salud público en pos de darle la atención de sectores enteros a empresas privadas (rayos x, limpieza de hospitales, camilleros, enfermeros prestadores, etc.). 


La única forma de evitar la propagación del virus es que los trabajadores ocupados y desocupados pongan un programa propio de reclamos inmediatos. Que se garantice en los barrios distribución semanal de kits de higiene y limpieza por familia a través de los Centros de Salud. Que triplique la partida de asistencia de alimentos para la distribución de mercadería básica para subsistir en lo que se pueda extender la cuarentena. 


Que otorgue la duplicación urgente del monto de cobro de los programas sociales y abra la entrega de los mismos a la inmensa cantidad de personas desocupadas. Un seguro para el “parado” por la paralización total de la economía en esta cuarentena. 


Se torna de vital importancia poner todos estos reclamos al gobierno con carácter urgente y en caso de no cumplirlos organizar días de protesta en los barrios que cumplan la distancia entre personas como se está organizando en países de Europa ante la decidía de los gobiernos y sus negocios capitalistas.