Políticas

27/1/2017

Mendoza: Giachi, Esquivel, Correa…Exigimos conocer los antecedentes de todos los funcionarios de Cornejo

Se multiplican las denuncias por violencia de género contra los funcionarios del gobierno de Cambia Mendoza

diputada nacional por Mendoza (Frente de Izquierda-Partido Obrero)


El 2016 lo marcaron las enormes marchas contra los femicidios y la creciente violencia de género en todo el país y el mundo. Fue particular en Mendoza donde “cada 15 días una mujer fue asesinada, totalizando un total de 23 femicidios y representando un 16% del total de los homicidios de la provincia” (Diario Uno).


El gobierno de Cornejo negó constantemente el carácter social de este flagelo reduciéndolo al ámbito íntimo de las víctimas, rechazando declarar la emergencia en violencia de género con presupuesto acorde, y designando en su gabinete a funcionarios golpeadores.


Antes de la renuncia de Rubén Giachi  como ministro de salud tras la denuncia de su ex pareja, tenemos el antecedente de la designación del Comisario Esquivel como Director de la Policía de Capital quien tenía  una denuncia de su ex esposa por violencia de género, por la cual tenía prohibido el uso del arma reglamentaria. Fue un escándalo nacional, del cual el área de Género y Diversidad del gabinete de Cambia Mendoza “se enteró” por las publicaciones de diarios.


El titular de la Dirección General de Escuelas, Jaime Correas, cuenta en su prontuario con una sentencia judicial en contra por maltrato sistemático (noviembre de 2015) que provocó incapacidad laboral sobre una periodista del Diario Uno que estaba bajo su mando cuando era director periodístico del multimedios. También pesan denuncias por maltrato y violencia de género sobre su equipo de trabajo por parte de una directora de escuela.


Cornejo protege a los golpeadores


La Ministra de Salud que asumió ante la crisis  desatada por la denuncia e imputación por violencia de género de Rubén Giachi, es la ex senadora Claudia Najul, quien se presenta como una mujer con perspectiva de género y con el antecedente de presidir la Comisión de Género del Senado durante el 2016. Sin embargo, el antecedente que importa es que en su rol de senadora avaló  al juez José Valerio para la Suprema Corte de Justicia, hombre extensamente repudiado por sus fallos misóginos y homofóbicos. Además, formó parte del  bloque que  vació la sesión convocada por la senadora del FIT que pidió el tratamiento sobre tablas para avanzar en una ley de adhesión al protocolo de aborto no punible en 2015.  


Para lograr una adhesión social al endurecimiento de las prisiones preventivas, el gobierno de Cornejo se montó sobre la problemática de la violencia de género. Así ante cada denuncia por violencia de género actuaba la prisión preventiva en los casos donde los denunciados tuvieran antecedentes penales, por esto mismo, al ex ministro Rubén Giachi no le correspondió prisión preventiva por no contar con antecedentes penales -tal como lo defendió el Procurador del Ministerio Público, ante el reclamo de dos reclusos que exigían igual trato. Giachi, con una denuncia policial de su ex pareja y una investigación judicial en su contra -sumadas nuevas denuncias públicas por violación en su calidad de médico ginecólogo que remontan a 25 años atrás- se retiró del gabinete en medio de elogios por parte del gobernador por su desempeño en la cartera. 


El Estado es responsable


Queda a la vista que la perspectiva de género de las funcionarias de Cambia Mendoza no ha aportado nada al combate de este flagelo. Desde la vicegobernadora, pasando por la Directora del área de Género y Diversidad, y la nueva Ministra de Salud, la particularidad de ser mujeres no les ha dado el reflejo ni la perspectiva de género para  advertir o pronunciarse sobre los golpeadores que anidan en su propio gobierno. 


Es necesario que se investiguen los antecedentes de todos los funcionarios de este gobierno, para prevenir y advertir a la sociedad respecto de la posibilidad de que desde la propia estructura del gobierno se ampare a funcionarios violentos que naturalicen la opresión sobre las mujeres. Esta tarea la puede llevar a fondo solamente un Consejo Autónomo de las Mujeres, compuesto por organizaciones de mujeres independientes y representantes elegidos por el voto directo del padrón femenino desde los 13 años.


Las luchadoras y quienes desprecian estos actos de violencia tenemos que avanzar en un plan de lucha contra este flagelo que garantizan los gobiernos y sus instituciones. Se trata de un problema social, histórico y propio de los regímenes de opresión que se exacerban a medida que se descomponen. La salida por lo tanto es revolucionaria, removiendo las bases sociales de este régimen de opresión.


El próximo 8 de marzo se cumplen 100 años de la revolución bolchevique que dio por primera vez el reconocimiento de los derechos de la mujer: aborto legal, derechos laborales, estatización de las tareas domésticas, divorcio, que siguen guiando la lucha de millones en el mundo tal como lo demostraron las 2,9 millones de personas que marcharon en EE.UU. contra Trump y el Paro Nacional de Mujeres del pasado 19O en nuestro país.


Preparemos un gran 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, contra los gobiernos ajustadores y protectores de los golpeadores.