Mendoza: Los trabajadores del ajo


Los trabajadores del ajo sufren condiciones de explotación salvaje en las plantaciones y galpones de empaque. La inmensa mayoría de los más de 30 mil obreros está en negro; está implementado a través de cooperativas de trabajo truchas.


El trabajo infantil es moneda corriente; incluso fue probado ante los inspectores de la Subsecretaría de Seguridad, cuando los patrones no alcanzaron a esconder a todos los niños ante una inspección en el galpón Campo Grande.


Fue justamente en esta empresa donde se desató una gran huelga el año pasado, que dio nacimiento un cuerpo de delegados combativos y planteó el blanqueo como objetivo de la lucha.


La respuesta patronal fue el despido de todos los delegados y la represión policial, festejada con algarabía por todas las organizaciones empresariales de la provincia, en primer lugar por la cámara del sector.


La resistencia obrera, acompañada por otras organizaciones de lucha, se plasmó en una serie de marchas y paros. Pero tuvo un punto de inflexión cuando los compañeros aceptaron una conciliación obligatoria que no garantizaba la reincorporación de los despedidos (esta orientación fue impulsada por la burocracia del sindicato).


En un cuadro de retroceso se logró, sin embargo, un fallo judicial que ordenaba la reinstalación de dos de los delegados despedidos, fallo que no fue acatado por la patronal.


En estos momentos se producen las paritarias, a puertas cerradas, entre la patronal y la burocracia del sindicato de frutas frescas y hortalizas. Está planteado un trabajo de reagrupamiento al interior de Campo Grande con alcance a todo el sector para retomar la lucha por el blanqueo y el aumento salarial.