Políticas

19/5/2005|900

Mendoza se calienta

Paro de estatales y jornada provincial


La lucha de los trabajadores de los hospitales por el aumento de 300 pesos y el pase a planta de los contratados está entrando en una fase decisiva. La asamblea interhospitalaria, que agrupa a todos los delegados de hospitales organizados en ATE y el sindicato médico, ha votado continuar con asambleas permanentes a partir del 16 ante el fracaso de la conciliación obligatoria. El día 20 habrá un paro total de actividades en todo el sector estatal, incluyendo docentes (adheridos al paro nacional de Ctera) y judiciales —que también reclaman aumento salarial-, con movilización a Casa de Gobierno, en una jornada que comenzará a primera hora con varios cortes programados por las organizaciones piqueteras (Polo Obrero, CCC, Teresa Vive, FTC y MTM) y el movimiento estudiantil. A partir del día 23, la salud se paraliza por tiempo indeterminado.


 


El día 19, los bancarios de Mendoza paran el sistema financiero y se movilizan en cumplimiento del paro nacional dispuesto por la Asociación Bancaria. También se viene desarrollando con fuerza la lucha de los docentes universitarios. Hay amenazas de paros en el transporte.


 


A la crisis en la salud y al cuadro de conflictividad que se viene dando en la provincia, se le suma el fracaso del gobierno en la reforma curricular que dejó en la calle a 1.500 docentes en marzo, que por un fallo judicial que da cabida al recurso de amparo tramitado por el sindicato docente debe volver atrás.


 


Este fallo judicial el gobierno lo adjudica a la pelea de los jueces contra el Ejecutivo por la indexación de sus sueldos, que lleva años y varios embargos al Estado para el pago de esa indexación.


 


Lo que intentaba mostrarse en los medios como la “prolija” administración radical, está siendo cada vez más cuestionado por los evidentes negociados con los empresarios, que obtienen exenciones impositivas, condonación de deudas y subsidios de toda clase. Los casos de mayor resonancia son el transporte, la energía y Obras Sanitarias. Mientras tanto, la situación de los trabajadores y demás sectores populares se torna insoportable.


 


El gobierno de Cobos, que cuenta con el apoyo explícito de Kirchner, está siendo llevado contra las cuerdas por el movimiento popular. La respuesta es la amenaza a los huelguistas con aplicar todos “los recursos”. En esto deben incluirse los arreglos económicos con la repodrida burocracia de Atsa, que acaba de firmar la propuesta del gobierno que no incluye ningún aumento salarial (solamente un reescalafonamiento), la presencia de punteros radicales en los hospitales para hostigar a los compañeros y los ya habituales aprietes físicos, como la golpiza a una delegada cuando llegaba a su casa (y a la que los supuestos ladrones no le robaron nada).


 


Todas estas medidas no hacen más que exacerbar los ánimos y la disposición a luchar. Cobos se parece cada vez más a De la Rúa.


 


Por su parte, la Coordinadora Social de Lucha que surgió como respuesta a la represión del día 4 de abril y hoy aglutina a los sindicatos estatales en conflicto, algunos privados, el movimiento piquetero, estudiantil, de derechos humanos y partidos de izquierda, ha dado un paso adelante en el planteo de una salida política, no sólo para la provincia sino para el país, incorporando en la convocatoria para el paro y movilización del 20 el planteo de impuestos progresivos a los grandes grupos económicos y el no pago de la deuda externa.


 


El triunfo de la lucha en los hospitales es clave para derrotar la política antiobrera del gobierno. Se hace imprescindible la convocatoria a un plenario intersindical y de organizaciones populares para votar la continuidad del paro del 20 y coordinar el apoyo concreto a los hospitales para que triunfen. Una de las claves para ese triunfo es que se confluya de inmediato con los hospitales de todo el país en un plan de lucha y un paro nacional.


 


La pelea de la salud y la jornada del 20 con sus reclamos de aumento de salarios, jubilaciones y planes, contra el aumento de precios y tarifas, por aumento de presupuesto para salud y educación y contra la represión, más el planteo de impuestos progresivos y no pago de la deuda externa, ponen en discusión quién debe gobernar y al servicio de qué intereses. El Partido Obrero plantea al conjunto de los luchadores y la izquierda constituir una herramienta política que le dispute el poder a los capitalistas y sus partidos, que debe tener una expresión electoral en octubre, cuando la burguesía intente, a través del PJ o la centroizquierda, conquistar políticamente a los trabajadores en lucha.


 


Al fracaso del gobierno kirchnerista de Cobos, debemos oponerle una alternativa obrera y socialista.