Políticas

20/11/1997|565

Menem a Londres

El anuncio del viaje de Menem a Londres no puede ser atribuido a los éxitos políticos o diplomáticos del gobierno, ni siquiera a sus posibilidades de política económica. Ha perdido las elecciones; no puede aprobar el acuerdo de Hielos con Chile; el derrumbe económico amenaza desintegrar el Mercosur.


La explicación de este viaje tiene que ver con la reunión semisecreta que realizaron funcionarios argentinos y británicos a principios de año, en las afueras de Londres, encabezados por sus respectivos cancilleres. El gran tema en esa oportunidad fue la posibilidad de acordar una soberanía compartida de Malvinas.


El interés por este acuerdo estriba en que Menem lo presentaría como una victoria diplomática en el camino de una hipotética recuperación del archipiélago y que, para los ingleses, resolvería complicados problemas jurídicos relacionados con la explotación pesquera y petrolera en el Atlántico sur. En resumen, se trata de un convenio que reconocería, por primera vez, la soberanía británica de parte de un gobierno argentino, y allanaría el camino para la entrega de las riquezas de la zona.


Que el anuncio se haya producido luego de la venida de Clinton, demuestra que cuenta con el apoyo del imperialismo yanqui, cuyos pulpos serían los principales beneficiados y, eventualmente, el Pentágono. Estados Unidos ha transformado a la Argentina en aliada militar ‘extra-Otan’, lo cual sirve para la militarización del Atlántico sur. Todo esto en el cuadro de la llamada lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, y de una política que apunta al dominio nuclear y misilístico absoluto para Estados Unidos.