Políticas

10/2/2005|886

Metrovías es otro Chaban


La empresa Metrovías, del grupo Roggio, es una vaciadora de la riqueza nacional. Su último balance oficial registra un endeudamiento del 1.000% sobre su patrimonio ( Ambito Financiero , 4/2).


 


Tiene un capital de 16 millones y deudas por 155 millones.


 


Es decir que opera con dinero ajeno, esconde sus ganancias bajo la forma del pago de intereses y evade impuestos porque, con estas triquiñuelas, declara pérdidas contables.


 


De acuerdo a la Auditoría General de la Nación (resolución 144), en lugar de pagar el canon correspondiente de 22 millones de pesos, la patronal de Metrovías ha recibido subsidios por casi 60 millones.


 


No conforme con esto, el grupo Roggio está empeñado en una activa política de desinversión.


 


Su “activo corriente” fue, en diciembre de 2002, de 135 millones de pesos; en diciembre de 2004 había caído a 94 millones.


 


Su “activo no corriente” llegaba, hace dos años, a 105 millones; a fines del año pasado no era más de 77 millones.


 


Dada la obsolescencia de los activos de los subterráneos, este vaciamiento raya en lo criminal.


 


Obviamente, a esta política de rapiña y de vaciamiento la perjudica enormemente un aumento salarial.


 


Incluso a un pulpo que gozó de un congelamiento de salarios en todo el período de la ‘convertibilidad’ menemista.


 


El reclamo de los obreros de Metrovías pone al desnudo la incompatibilidad entre el desarrollo del país y los intereses de los pulpos como Roggio.


 


Para superar el vaciamiento financiero e industrial del transporte es necesario que el subterráneo, en este caso, pase al control y la gestión de los trabajadores.


 


El gobierno de Kirchner, en cambio, apuesta a un desgaste de la lucha.


 


Quiere cerrar las peleas con las privatizadas; acaba de pagar una deuda de Aguas Argentinas con el BID por 65 millones de dólares.


 


No ha enviado a las sesiones extraordinarias del Congreso un proyecto de ley que regula el manejo de las inversiones en los servicios públicos ( Clarín , 1/2).


 


Las cámaras empresariales de España, Alemania, Francia e Italia se han unido para que lo retire por completo ( El Cronista , 8/2).


 


“No habrá ley marco de servicios públicos”, había alcahueteado Morales Solá ( La Nación , 30/1), … “sin el acuerdo previo del jefe del gobierno español” (!!!).


 


Para desgastar la lucha el gobierno ha puesto a Moyano y a Palacios para ‘operar’ sobre el cuerpo de delegados de Metrovías.


 


Moyano acaba de “sugerir” a los trabajadores que “flexibilicen su postura” ( Infobae, 9/2).


 


En diciembre pasado el gobierno ya había hecho lo mismo, con otras características.


 


Sabe que la unidad de este cuerpo de delegados asegura la victoria de los trabajadores que vienen con un empuje bárbaro y con una moral y combatividad altísimas.


 


Los obreros del subte reclaman todo lo contrario: que Palacios largue un paro de 24 horas, en apoyo a la huelga indefinida en Metrovías, de todas las ramas del transporte.


 


Porque con la victoria de los obreros del subte ganamos todos los trabajadores.


 


Los que, desde la cosecha de cebolla en el sur de Buenos Aires hasta los recolectores de limones en Tucumán, ganan 1,20 la hora o no sacan más de 400 pesos al mes.


 


Ganan los profesores universitarios y los profesionales que trabajan gratis.


 


Ganan los pasantes.


 


Ganan los que luchan por la reducción de la jornada laboral (para crear más empleo), porque los de Metrovías impusieron con la lucha la jornada de seis horas.


 


Ganamos todos porque nos dará una base más alta y fuerte para luchar por lo nuestro.


 


Porque nos refuerza para derrotar los tarifazos.


 


Cuando el 60% de los trabajadores gana menos de la canasta de la pobreza, que es de 700 pesos, todos tenemos que desear la victoria de los laburantes de Metrovías, incluidos los de sus tercerizadas.


 


Los que viajamos en subte podemos aportar lo nuestro: donar una hora o algunos minutos de la jornada para reforzar los piquetes que llevarán a la victoria de esta huelga que nos beneficia a todos.