Políticas

18/11/2010|1155

Misiones: 1.600 chicos desnutridos

Detrás del hambre, el trabajo precario

-Exclusivo de internet

En mayo, el gobierno de la provincia anunció con bombos y platillos el inicio de un programa alimentario al que denominó Hambre Cero. Este anunció, de entrada, no fue más que pirotecnia verbal. Nunca tuvo presupuesto asignado y no fue designado ningún funcionario como responsable. Los funcionarios reconocen la existencia de 1.600 chicos desnutridos.

Se solicitaban personas o familias que “apadrinen” a los niños desnutridos y que realicen un seguimiento de las familias. Todo esto luego de que, a comienzo de año, el hospital Samic de Oberá desmantelara por orden del ministro de Salud la unidad de recuperación de niños desnutridos.

El resultado fue que, en menos de un mes, fallecieron dos niños, engrosando una lista que es superior a los 150. El “padrino” de la niña fallecida en Apostoles reside en Posadas, a 90 kilómetros.

El gobierno acusa a los familiares de la desnutrición de sus hijos, por lo que procesó y encarceló a una madre por abandono de persona. Adjudica el hambre a “un problema cultural”; la concejal de Posadas Miriam Krujoski dijo que los padres “son unos vagos” y no es “responsabilidad” del gobierno la ocurrencia de estos sucesos.

Los padres de los chicos muertos son tareferos o trabajadores rurales, que trabajan en condiciones de esclavitud, a destajo, cobrando por kilo de hoja verde de yerba mate cosechada, a razón de 10 centavos el kilo. Este trabajo dura 6 u 8 meses al año. Como máximo, un trabajador joven puede cobrar 400 pesos, lo que puede engrosarse con el trabajo de toda la familia. El trabajador debe comprar las herramientas y percibe como subsidio en el período interzafra 250 pesos.

El precio a percibir por el tarefero lo pone un acuerdo de la Uatre con la patronal. Pero ese precio lo cobra el contratista, quien es el que toma a los trabajadores. Este, naturalmente, se lleva la diferencia, además paga un seguro volante (para toda la cuadrilla). Si uno se accidenta, lo cubre. Si se accidentan dos, el segundo se jode. Ya son famosos los casos de accidentes en trabajadores transportados por camiones desvencijados, sin ninguna seguridad.

El mismo trato reciben los que trabajan en los cuidados culturales de los bosques implantados y el raleo de pinos. A raíz del conflicto de una “cooperativa de trabajo” en Iguazú, salta que ésta es otra modalidad de precarización, donde a los trabajadores se les paga la hora a un 50% del valor de convenio. El referente de las cooperativas es el Pato Gruber, diputado provincial por la renovación.

En la provincia, el 70% de los trabajadores son precarios y cobran salarios de entre 800 y 1.200 pesos con suerte, sin seguros, sin ropas y les cobran las herramientas. Este porcentaje es mayor en la industria forestal, que representa el 70% del producto bruto regional.

El hospital público en la práctica quedó reducido a meras salitas de barrio por el brutal desfinanciamiento que sufren en favor de la privatización, la que tiene como beneficiarios al ministro de Salud y su banda, además del clero.

Las críticas produjeron una crisis al interior del gobierno. Al salir en su defensa, la curia también buscó justificarse a sí misma, ante su enorme fracaso en el manejo de los dineros públicos a través de Cáritas y la educación clerical.

Ahora, el gobierno daría la “maravillosa” suma de 400 pesos a las familias con chicos desnutridos, esto, cuando tiene plazos fijos acumulados por varios millones de dólares -algunos hablan de 900 millones-. Pero lo grave es que las propuestas de cómo solucionar la terrible tragedia fue propuesta por los propios tareferos de Montecarlo ¡hace tres años! El gobierno, a través de la mano de la vicegobernadora, hace la pantomima de que van a tomar tales medidas.

La burguesía local está subsidiada o eximida de diferentes impuestos y los exportadores triangulan sus productos o directamente contrabandean ante la mirada pasiva del Estado. Eso sí, el turismo -curro en el que participa el gobernador- no paga ningún impuesto.

Hay que empadronar a todos los trabajadores rurales y exigir la distribución bajo control de los trabajadores del alimento básico de urgencia, en cantidad y calidad, para sacar a todos chicos de estado de desnutrición.

Salario igual a la canasta familiar para todos los trabajadores rurales por 8 horas de trabajo, subsidio igual a la canasta familiar para el período interzafra financiado con impuestos a los molineros.

Bolsa de trabajo bajo control de los trabajadores, fuera los contratistas y Uatre.

Aumento de presupuesto para la salud. Fuera Guccione, ministro de Salud.