Días atrás, el gobernador de la provincia, Oscar Herrera Ahuad (de la Renovación), dio a conocer la nueva estrategia que se llevará adelante en Misiones frente a la pandemia del covid 19: se trata de un esquema denominado “binario” por el cual se estaría atendiendo a los dos frentes, el sanitario y el económico. En los hechos, implica un levantamiento de la cuarentena.

En materia sanitaria, el enfoque “binario” del gobierno se traduciría en permitir un regreso “controlado” al trabajo de las personas menores de 60 años, mientras que los mayores permanecerían a resguardo. Con ello, se buscaría la exposición al virus para el contagio “controlado” y la eventual inmunización de la población más joven, es decir, la famosa “inmunidad del rebaño”. En este sentido, Herrera Ahuad afirmó: “hasta que no esté la vacuna, lo ideal sería empezar a trabajar y abrir las actividades con las personas que menos riesgo de generar patologías más complejas tienen, por ejemplo los jóvenes, que se vayan adentrando al sistema y una vez que la inmunidad esté fuerte ir incorporando a las personas de mayor patología o grupo de riesgo de contagio, que hoy por hoy, son las personas mayores de 60 años”, argumentó.

La idea no es original, fue planteada en el comienzo de la crisis por el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson (quien terminaría más tarde infectado). Pero debió ser retirada porque amenazaba con colapsar el sistema sanitario, toda vez que desistía de una política para aplanar la curva de contagios.

En realidad, estamos frente a un discurso que pretende ocultar que el gobierno ha decidido levantar la cuarentena en los hechos, tal como lo venían reclamando las patronales de las principales ramas productivas de la provincia. La zafra (cosecha) de yerba, una de las principales actividades productivas de la provincia, no verificó retrasos y se inició a principios de abril como estaba originariamente programado. Lo mismo ocurrió con la cosecha de tabaco y con la actividad forestal ligada a la industria maderera. Por otra parte, ya se anunció el retorno de la construcción privada.

Queda en claro que el gobierno provincial decidió priorizar la voracidad empresaria antes que la salud de las y los misioneros y ahora plantea como “estrategia sanitaria” una receta que ha fracasado. No hay posibilidad alguna que un Estado que no pudo contener la epidemia de dengue que azota a la provincia pueda “administrar” el contagio de un virus que ha demostrado tener una enorme capacidad de propagación.

Es necesario mantener la cuarentena, suspendiendo toda actividad no esencial. Esto debe ir acompañado de una prohibición de despidos, licencias sin afectar el salario, y subsidio de $30 mil mensuales a los desocupados. Frente a la crisis sanitaria, planteamos la centralización de todo el sistema de salud y el no pago de la deuda externa, volcando esos recursos al combate de la pandemia.