El tribunal electoral de la provincia finalmente rechazó nuestro recurso con la consecuente intimación de presentar una lista conforme la ley de paridad, es decir, con la intimación de bajar compañeras y reemplazarlas por compañeros.

La justicia ha consagrado un precedente judicial nefasto, aplicando una ley contraria a los derechos politicos de las mujeres a elegir  y ser elegidas, reconocidos por la Constitución Provincial, Nacional y los Tratados Internacionales con jerarquía constitucional; asimismo vulnera la libertad y democracia interna de los partidos politicos para elegir a sus candidatxs.

Se les ha caído la careta y se ha confirmado que la intención con la sanción de ésta norma nunca fue promover la participación en la vida política de las mujeres sino, por el contrario, encorsetarla en los parámetros de éste régimen social que nos quiere sometidas, régimen que ahora con la paridad se presenta como “aliado de las mujeres” y con “perspectiva de género”.

Es éste regimen el que nos ha negado participación por excedernos en cantidad de mujeres mientras que ha avalado, sin ninguna observación, la participación de un candidato denunciado por violencia de género como es el caso de Filipa en Iguazú  o de un ex intendente destituido por corrupción como es el caso de Jair Pereira en El soberbio.

Para nuestro partido el “cupo paritario” ha servido para proscribir luchadoras, pero miremos como ha operado en las listas de los partidos patronales: ha desatado un proceso de carrerismo descarado por parte de mujeres que no poseen en su haber un solo día de militancia por nuestros derechos ni por los derechos de nadie, pero lo que sí tienen es un sentido del oportunismo que asquea, porque no tienen reparos en llenarse la boca para servirse de nuestra lucha y presentar su arribismo como una “conquista de todas”. El ingreso de éstas mujeres a los concejos deliberantes y la cámara de representantes, lejos de significar un avance en nuestras reivindicaciones representa todo lo contrario porque encarnan un programa político enemigo de las trabajadoras. 

Antes con el cupo de 30% y ahora con el de 50%, las trabajadoras tenemos los mismos problemas a la hora de participar activamente en política: el peso de las tareas domésticas, la carga de sobrellevar de manera casi exclusiva el cuidado de niños y ancianos, la precariedad laboral, la maternidad forzada, la violencia en todas sus formas.

Mientras no se cambien éstas condiciones materiales los cupos, en los partidos del régimen, son para las pocas que tienen sus necesidades de existencia aseguradas. La emancipación de las mujeres es incompatible con un régimen que se basa en la explotación de las mayorías populares por parte de una minoría patronal. A partir de ésta comprensión queda planteada la pelea fundamental, la lucha por un gobierno de las y los trabajadores.

A la luz de éste balance rechazamos los cupos de toda clase, que no han servido para avanzar en nuestras demandas como movimiento de mujeres sino únicamente han sido utilizados como instrumento del estado para intervenir y regimentar la vida interna de los partidos políticos.

A las misioneras y misioneros llamamos a votar a las listas del Partido Obrero en las próximas elecciones del 2 junio, integradas por luchadoras y luchadores de toda la provincia.

Llamamos a votar al único espacio político opositor que levanta un programa de defensa irrestricta de los intereses de las y los trabajadores. Un espacio que no se postra ante el clero y por ello puede llevar a fondo la lucha contra la opresión en todas sus formas. Contra el ajuste de Macri-Passalacqua vamos con el PO y que la crisis la paguen los capitalistas.