Políticas

27/12/2001|735

Motoqueros: Patrulleros de la rebelión popular

Mientras los manifestantes nos batíamos con las fuerzas de la represión, el rugido de decenas de motos nos sorprendió a todos. Pensábamos en una patrulla policial motorizada. Pero no: eran pibes con el pelo largo apenas disimulado bajo el casco y la caja del “delivery” en la parte trasera de la moto. Los motoqueros, organizados en escuadrones sincronizados, se sumaban a la rebelión popular. Zigzagueando con sus motos para “despejar camino”, confundiendo a la represión con sus desplazamientos, y patrullando las calles para avisar *con los “walkman”* qué calles estaban “transitables”, los motoqueros fueron un importante componente de la rebelión popular del jueves 20.


Pero la brigada “motoquera” sólo podía sorprender a quien no conoce las condiciones de superexplotación en la que se desenvuelve esta fracción de la juventud trabajadora. Sin estabilidad laboral, sin derecho siquiera a recibir de la patronal sus instrumentos de trabajo, los motoqueros son sometidos a un régimen de “destajo”. Esta condición laboral, a su turno, transforma la vida del joven motoquero en una verdadera ruleta rusa, sometidos cotidianamente a los peores accidentes de tránsito.


Como las cajeras y cajeros de supermercado; como los que soportan el ritmo infernal de los Mc Donald’s, los motoqueros integran una generación de jóvenes que soporta, a la vez, el desempleo y la superexplotación laboral. Los mitos sobre la supuesta superioridad de la “juventud de los ‘70” *que siempre esparcen los fundidos de la revolución* quedaron definitivamente barridos el jueves pasado. La presente generación juvenil, simbolizada por los motoqueros, fue la gran protagonista de la rebelión del jueves, poniendo en las calles una abnegación y heroísmo verdaderamente revolucionarios.