Políticas

10/2/2000|654

Moyano le da el sí a la “maldita reforma laboral”

Las siete u ocho mil personas que concurrieron a Ferro convocadas por el MTA dan una pauta del aparato de algunos gremios del movimiento obrero, pero no de una voluntad de su dirección de defender los derechos de los explotados. El acto en sí duró 40 minutos, con lectura de documento incluida, y la intervención más larga no fue la de Palacios o Moyano sino la de Farinello, con “bendición de manos trabajadoras” incluida, y la cristiana aclaración de “que no estamos en contra de ningún gobierno sino por la vida”.


Esta “conmemoración del sexto aniversario de lucha” del MTA sirvió al anuncio de la designación de Moyano como secretario general de la CGT, a partir del 15 de marzo. La designación surgió de un acuerdo entre los Cavalieri, West Ocampo, Lescano y José Rodríguez, o sea de un pacto con la mafia menemista. En este cuadro hay que colocar el llamado de Moyano a “organizar las delegaciones regionales y subdelegaciones regionales” provincia por provincia para “volver a la CGT federal”. Corrientes, Salta, Tierra del Fuego, Neuquén y todas las provincias del país son un polvorín frente al plan de despidos masivos de De la Rúa, pero de esto Moyano no dijo una palabra.


El ataque verbal de Moyano a la reforma laboral, “para que los trabajadores no paguen los errores de los políticos”, no pudo disimular que no habrá paro “contra una ley de la democracia”. Moyano y Palacios debutan, entonces, completando la entregada de la reforma anterior y respondiendo a un movimiento de conjunto de la burocracia de integración al gobierno. Moyano no dijo una palabra del período de prueba de hasta un año ni atacó los convenios por empresa. Caracterizó que tratan de “aprovecharse de las necesidades de algunos delegados y comisiones internas”, delatando que el objetivo del MTA es ser parte firmante de los convenios por empresa.


El documento leído, como la intervención de Palacios (apenas escuchada debido a una gresca entre los propios camioneros), tuvieron un eje excluyente: la devaluación monetaria, que Moyano en el discurso esmeriló como ‘consensuada’ y ‘ordenada’. Para Palacios, los “precios relativos no tienen nada que ver con la reforma laboral” y el documento denuncia que “flexibilizan para no flexibilizar la paridad fija”. Esta burocracia quiere la doble flexibilización.


Palacios y Moyano son mosqueteros del ‘grupo productivo’ de la UIA y Confederaciones Rurales, que además de la reforma laboral piden ‘políticas activas’ (o sea subsidios) para compensar el derrumbe del Mercosur.


La ‘sorpresa’ que manifestó Moyano por el giro fondomonetarista de esa ‘izquierda ilustrada’ y ‘progresista’ cuyos “diputados alentaban nuestras marchas”, en referencia a la Alianza y el Frepaso, es una impostura que habla de la catástrofe política de este MTA, porque éste fue artífice de la Alianza y hoy le deja pasar todo el paquetazo de ataque a las masas que constituyen la reforma laboral, los tarifazos e impuestazos, los cierres de fábrica, los despidos masivos en la administración pública y la flexibilidad docente.