Políticas

11/5/2000|665

Moyano y De Gennaro deben convocar a un congreso de delegados de bases de todo el movimiento obrero

Aunque la reforma laboral no fue todavía aprobada en el Congreso (falta Diputados) y a pesar de la amplitud del paro general del viernes 5, la CGT de Moyano y la CTA han archivado la lucha contra la ‘reforma laboral’. Han comenzado a hablar de una nueva lucha por otras nuevas reivindicaciones. Pero a pesar de la importancia de éstas, como el subsidio a los desocupados o el aumento del salario mínimo, es un mal augurio postular nuevas acciones cuando no se ha ido hasta el final en las acciones que se han emprendido. Moyano y De Gennaro descuentan, correctamente, que los diputados ratificarán lo votado en el Senado, pero lamentablemente opinan que con esto queda cerrada la lucha, porque “la ley existe para ser acatada”. Semejante planteo significa el otorgamiento de un cheque en blanco a las instituciones del Estado patronal. Incluso si la ley debiera ser acatada, nada impide luchar por su derogación… y hasta por el veto del Ejecutivo, aunque haya sido éste el autor del proyecto. La cuestión de la reforma laboral no es un asunto de legalismo sino de relaciones de fuerza.


De cualquier modo, la amplitud del paro nacional del viernes pasado abre una nueva etapa en el movimiento obrero. La CGT de Daer fue convertida por la huelga en una nulidad política. Reveló cuál es la posición de la masa obrera, más allá de los números de los padrones sindicales. También dejó en claro, dentro de la propia CGT de Moyano, que una mayoría de sus burocracias actuó como un peso muerto frente al paro, cuando no en forma directamente traicionera. Los dirigentes que impulsaron el paro tienen entonces la responsabilidad de tomar una iniciativa para que la masa que paró y que quiso parar se ponga al frente del movimiento obrero y ponga fin al freno y la traición de las burocracias filo-gubernamentales. De lo contrario quedarán obligadas, de aquí en más, a protagonizar escaramuzas y conflictos parciales, que tienen más posibilidad de producir desgaste que una profundización de la lucha.


Naturalmente, convocar a un congreso de delegados de base de todo, absolutamente todo, el movimiento es una iniciativa extraordinaria, que ha estado completamente fuera de la perspectiva de direcciones como las de Moyano y De Gennaro. Pero fuera de esta iniciativa estas direcciones acabarán sucumbiendo ante la fuerza de los aparatos, y por sobre todo de la fuerza que les da su conexión con el Estado y los grandes capitalistas, no solamente de los Daer y Cavalieri, sino de los Rodríguez, Miguel, Ongaro, que por ahora están formalmente alineados de este lado de la barricada.


Pero más allá incluso de Moyano y De Gennaro, la necesidad de ampliar la capacidad de acción del movimiento obrero y profundizar la perspectiva de su lucha es absolutamente vital para los miles y miles de activistas que apoyan, siguen, confían o tienen alguna ilusión en los dirigentes que llamaron al paro del 5. Es a estos compañeros que les decimos que la realización de un congreso de delegados de base, para discutir y organizar un plan de lucha hasta la obtención de las reivindicaciones, es vital.


Hagamos un frente común para reclamar este congreso a Moyano y De Gennaro.