MST: del Monumento a los Españoles al frente político sojero

El MST se ha liberado, por fin, de los ‘prejuicios’ del marxismo. Ya no habla más de lucha contra el capital, sino contra el “bipartidismo”. La lucha entre las clases ha sido suplantada contra dos partidos, calificados de tradicionales. Esto ocurre, curiosamente, cuando con el Frente para la Victoria, por un lado, más las colectoras y el Frente Cívico, por el otro, que en algunos casos (como en Neuquén) habilita un frente con los K, ese bipartidismo ha pasado a mejor vida para ser reemplazado por una pugna entre oficialistas y opositores, con los restos del peronismo y del radicalismo como segundos violines.

La clase capitalista también ha sido borrada de los análisis del MST, que ahora denuncia -como lo hace su líder Pino Solanas- a la “mafiocracia”. Ha desaparecido de su programa el reclamo de expropiación del gran capital o nacionalizaciones que revolucionen la estructura social.

Lo señalado tampoco es el fin de la historia. Proyecto Sur no presenta en Santa Fe candidato a gobernador, o sea que opera como colectora del Frente Cívico (PS-UCR-Carrió…). El MST saluda la maniobra con bombos y platillos: “Todos llevamos un mensaje claro: unidos podemos transformar Santa Fe” (Alternativa Socialista, 30/3). ‘Juntos’ significa con los ‘bipartidistas’ santafesinos. El MST finge ignorar que el gobierno de Binner es el representante de clase de las cerealeras, las que dominan los puertos rosarinos y circundantes. La alianza con los sojeros, por parte del MST, no fue ni circunstancial ni limitada al capital agrario menor. Binner ha impulsado, asimismo, un boom inmobiliario costero que sirve para el reciclamiento de los beneficios del conjunto del capital agrario. La concurrencia al Monumento a los Españoles, con la Sociedad Rural, no fue ‘el mal paso’ de la costurerita.

En el caso de Córdoba, el MST saluda “la correcta decisión del Frente Cívico que encabeza Luis Juez, de construir una alternativa por fuera del bipartidismo” con Proyecto Sur. ¿El MST ya se olvidó de sus denuncias contra los tarifazos de Juez, como intendente, y de sus ataques a las huelgas de trabajadores municipales, etc.? Tampoco recuerda que entre los juecistas se encuentran representantes del capital internacional del auto. Durante el conflicto agrario, Juez ejerció su grosería verbal para apoyar a la Mesa de Enlace. La producción fabulosa del ‘yuyito’ de CFK le ha dado vuelta la cabeza a todo el llamado ‘arco político’.

El MST admite que su oportunismo crea “dudas con respecto de algunas cuestiones”. ¿De qué tipo? “Muchas de ellas son en relación al pasado del Frente Cívico, a su marco de alianzas, a algunos puntos programáticos o en relación a los componentes que lo conforman…”. Pero -dice el MST sin responder a ninguna de ellas- “desde el MST compartimos muchas de estas dudas y sabemos que a medida que vayamos avanzando será necesario encarar debates importantes”. ¡Es una salida por la tangente que podría ser aplicada a un frente con De la Sota! En especial cuando el propósito es obtener algún puesto parlamentario, para cuando “vamos a estar en mejores condiciones para encarar las batallas que vendrán”. Las batallas en curso tendrán que esperar.

El MST asegura que si al frente Solanas-Juez “se sumaran el Partido Socialista y el GEN significaría un impulso mayor”, aunque estos parecen preferir, también en Córdoba, el frente cívico con la UCR. Lo curioso, si cabe el término, es que el MST apoya al frente que gobierna Santa Fe, pero es remolón con la UCR en Córdoba, donde al menos es opositora. Juez ha declarado que está dispuesto a apoyar una candidatura presidencial de Binner, sin importarle que vaya con la UCR, despreciando a Solanas, que es el candidato oficial de Proyecto Sur y del MST.

El entusiasmo del MST raya la euforia: “Es tan grande el espacio para construir algo completamente nuevo y superador del viejo bipartidismo, que si a la candidatura presidencial de Pino y al acuerdo que hemos alcanzado entre el Movimiento Proyecto Sur y el Frente Cívico que encabeza Luis Juez, se le sumaran el Partido Socialista y el GEN, no sólo estaría planteado ganar las gobernaciones de Córdoba, Santa Fe, Capital y dar una pelea importante en Buenos Aires y otras provincias, sino también llegar al ballotage y disputar con Pino de manera exitosa la presidencia del país”. Qué lástima que Binner y Stolbizer solamente vean a Pino como un buen candidato para intendente de la Ciudad.

A la luz de todo esto, algunos pensarán que el MST ‘se volvió loco’. No, es el final anunciado de varias décadas. Pero no por eso es menos nocivo: en el movimiento sindical, el MST se ha convertido en una de las patas que trabaja por la cooptación de las nuevas generaciones obreras por parte del Estado, como lo muestra en particular su rol en el subte, donde impulsa una organización regimentada de lista única, una suerte de colectora del sindicalismo K. El alineamiento político del MST lo convierte en un militante del estrangulamiento de la independencia de clase de las organizaciones obreras.