Políticas

22/12/2009|1113

Mucho más que un “conflicto de poderes”

Entre los vetos presidenciales, por un lado, y los fallos judiciales y conspiraciones parlamentarias, por el otro, la crisis política avanza con toda su fuerza.

La ley de medios ha ingresado en un limbo. Dos jueces declararon “inconstitucionales” las cláusulas que obligaban a cancelar las actuales licencias en un año. En respuesta a ello, Kirchner y Moreno paralizaron la fusión de Cablevisión y Multicanal, lo que desató otra impugnación judicial. Por su parte, Cobos resolvió bloquear la comisión parlamentaria encargada del “seguimiento” de esta ley. Pero el kirchnerismo decidió ponerla en marcha igual, bajo su dominio.

Aunque perdió la mayoría en el Congreso, el gobierno quiere asegurarse el control de la comisión que dictamina sobre los decretazos presidenciales, incluidos los vetos. Ese organismo tendrá que pronunciarse sobre la entrega de las reservas para el pago de la deuda o sobre el veto presidencial a la reforma política. La oposición rechazó la mayoría oficialista en esta comisión y amenaza con llevar el conflicto “a la justicia y a la Corte”.

Los opositores también se quieren cargar a Aníbal Fernandez por desconocer el fallo que entregaba el sindicato de aeronavegantes a la lista que lo ganó en 2006. Podría ser la antesala de una embestida contra la propia presidenta, aun cuando el kirchnerismo todavía controla la estratégica comisión parlamentaria de juicio político.

La Corte

En estas condiciones, la Corte tendrá que expedirse sobre la “constitucionalidad” de la ley de medios y los derechos de las representaciones sindicales de base. Pero también deberá dictaminar sobre el reparto de los impuestos entre el Estado nacional y las provincias, a partir de un reclamo de los senadores de la oposición. Son varios los diputados y senadores peronistas que abandonarían el bloque oficial en caso de un fallo desfavorable para el gobierno.

La Corte está llenando el vacío que dejan la desintegración del oficialismo y una oposición parlamentaria sacudida por múltiples divisiones. Mientras Kirchner presidía un congreso del PJ bonaerense con notorias ausencias, sus opositores del PJ ya contabilizan a… siete postulantes presidenciales: Reutemann, De Nárvaez, Das Neves, Urtubey, Solá, Rodríguez Saá y Duhalde.

La coalición de Valenzuela

A los embates de la Justicia y el Congreso sobre el gobierno, se sumaron los del Departamento de Estado yanqui. Valenzuela, el enviado de Obama, le reprochó al gobierno la “inseguridad jurídica”. No sólo aludía los decretazos oficiales, sino a la irrupción del movimiento piquetero y a la huelga de Kraft. Valenzuela refrendó también la “salida” de Micheletti a la crisis de Honduras, sepultando las ilusiones de los Kirchner o Lula respecto de un “nuevo equilibrio continental” de la mano de Obama. Nada de ésto impidió que la oposición apoyara las advertencias de Valenzuela sobre la situación local, mientras se repartían las presidencias de las comisiones.

Las perspectivas

El 2009 comenzó con las ocupaciones de Indugraf, Massuh y Cive y termina con la de Bosch, con la lucha de Coto Spinetto, con Kraft y el Subte, la huelga no docente de Sociales en la UBA, el paro de la Línea 60 y la reinstalación del movimiento piquetero en el escenario de la lucha. El año cierra con sindicatos luchando contra el fraude, como Aeronavegantes y Suteba La Plata, en medio de la mayor descomposición de la burocracia sindical. Lo que está en juego en la crisis política no es un “conflicto de poderes”, sino la incapacidad de la camarilla oficial y de sus opositores para enfrentar la bancarrota capitalista. Esa misma crisis empuja a la clase obrera a defender el salario y el trabajo, y a recuperar sus organizaciones para esa lucha. El año que comienza será decisivo para imprimirle a esa acción obrera un rumbo político propio frente al gobierno de los vetos y a sus opositores entreguistas.