Muertos y degollados

Riña de gallos en el oficialismo y la ‘oposición'

El “acuerdo por la democracia” que firmaron días atrás la UCR, el macrismo, Carrió y los peronistas federales resultó el aperitivo que introdujo el plato principal: la propuesta de Macri para unir a la oposición con un candidato único para las presidenciales. Cobos ya le ha hecho ojitos a un frente con Duhalde y hasta el alfonsinista Federico Storani -el ex ‘juventud militante’ de la Coordinadora Radical- no excluyó, ante los micrófonos de radio El Mundo, la posibilidad de un frente opositor con Macri y compañía. Van der Kooy quiere disimular ahora la mano de Clarín en esta empresa, afirmando que Macri se adelantó demasiado. El ‘acuerdo’ tiene una joyita: reclama una “tolerancia democrática”, lo que no es otra cosa que una ‘democracia tolerada’ o tutelada. Los políticos burgueses son incapaces de hablar de democracia sin limitarla con un adjetivo. La democracia, sin embargo, al revés de lo que postulan los firmantes, sólo es tal cuando es ‘intolerante’ -por ejemplo, con los que pinchan teléfonos en la Ciudad y en el Estado nacional, o con las patotas de la Ucep macrista y las patotas K (Neuquén, Santa Cruz y todas las otras del oficialismo), o con las patronales que ‘tercerizan’ para burlar convenios colectivos o esclavizar el trabajo familiar, o con los burócratas sindicales que operan como empresarios, o con el aparato policial y de seguridad que funciona como una cueva que conspira contra la ciudadanía, o con los que gobiernan por decreto o mantienen un salario mínimo que es la cuarta parte del costo de la canasta familiar. La declaración pide tolerancia por parte de la mayoría para con la minoría, pero el régimen bajo el que vivimos es una dictadura de la minoría capitalista contra la mayoría trabajadora. Los firmantes que se juramentan a “defender las garantías públicas y privadas” son los mismos que apoyaron las apretadas a los jueces cuando fue ordenada la detención del burócrata ‘rural’ Venegas. El brulote que parieron los hijos ‘federales’ del peronismo y de la Unión Democrática es un adefesio intelectual: reclama que el Poder Ejecutivo ejecute las sentencias de la Justicia, pero no que la Justicia repare los agravios contra los que lucha el pueblo. Hasta en el mejor de los casos, como ocurre con el reconocimiento judicial de la movilidad de las jubilaciones, los fallos no extienden su validez más allá de los casos particulares, con lo que perjudican a decenas de miles de jubilados que se ven obligados a iniciar juicios y perder un montón de plata con los abogados. El llamado “estado de derecho” -del cual todos se consideran los escudos- consagra el “derecho del Estado” en oposición a la soberanía popular. El “acuerdo” de los ‘tutores de la democracia’ buscó disimular el colapso de la interna radical, los fraudes en Chubut y el desvanecimiento del peronismo federal, que el domingo pasado protagonizó un mini ‘gallery night’ a la luz del día.

El exabrupto opositor, sin embargo, fue respaldado luego por el oficialismo en la declaración del Senado que rechaza por unanimidad el bloqueo a la salida de la edición de Clarín. La hipocresía de los firmantes salta a la vista: la de los oficialistas, porque protegieron el bloqueo; la de los opositores, porque buscaron un texto de ‘consenso’ con los mismos bloqueadores. El principio que une a ambos bloques firmantes es el rechazo, en el texto acordado, al derecho de huelga en el ámbito de la prensa y de los medios de comunicación. El texto es una declaración de repudio al derecho constitucional de huelga, o sea un manifiesto político contra la clase trabajadora. Los Moyano y compañía no abrieron la boca, sin embargo, para repudiar el texto ‘consensuado’ por el bloque nacional y popular de los K.

Macri salió a proponer un “candidato único de la oposición”, sin reparar que estaba confesando con ello su soledad política. La convocatoria tiene el código genético de la ‘transversalidad’: apunta a Cobos y a Sanz, dos exiliados de la interna de la UCR que gozan del apoyo de Clarín, de La Nación, de los empresarios de AEA y de la embajada norteamericana. Cobos destacó las “afinidades” que tiene con Duhalde, aunque no mencionó, entre ellas, su ex sociedad con los K. La ‘movida’ de Macri podría impulsar un frente nacional de la UCR con el GEN, Carrió y Binner. Frente a la Unión Democrática peronista de los Macri, re-emergería la Alianza, esta vez con ‘trotskistas’ incluidos. En Capital, Solanas está negociando con socialistas, radicales y Ocaña. Solanas jura que no irá con los radicales, pero admite que podría ‘bajar’ a la Ciudad, precisamente para no obstaculizar la formación de un Frente Cívico para las elecciones a Presidente.

Carrió y Artemio López

La líder de la Coalición Cívica luce confiada (siempre). Según Carrió, las elecciones de Catamarca y Chubut expresan una decadencia prematura de la candidatura de CFK. Razona con números: en 2007, CFK obtuvo el 58% de los votos en Catamarca, en tanto que la saadista Corpacci arañó, en las elecciones recientes, solamente el 48; en Chubut había sacado un 66 en 2007; ahora, apenas el 38. El milagro que los K creen ver en esas elecciones provinciales, Carrió los convierte en espejismo.

La manipulación de Carrió desató los celos de Artemio López, quien no cobra, por supuesto, la asignación por hijo, pero que se ha convertido en su gurú, aunque su monto sea módico y miserable, y consagre un desempleo estructural. No le molesta que lo financie en parte el Banco Mundial (más deuda externa) y todo el resto los jubilados y la disminución del derecho a la asignación familiar de los obreros en blanco. Para el encuestador de la corte oficial, CFK podría ganar con el ciento por ciento de los votos -y aún más. Apoya su optimismo, utilizando el mismo método de la ‘cívica’, pero al revés: que, en Neuquén, la suma de votos del radical Farizano, intendente de la capital provincial, y el del ‘cristinismo’ (Sabbatella, Yasky, La Cámpora), por un lado, y del gobernador Sapag (otro kirchnerista borocotizado) podrían llevarse la totalidad de los votos válidos. Lo mismo ocurriría en Río Negro. En Salta suma a Urtubey y Wayar, dos enemigos en el pago chico. López también confía en que el progreso del justicialismo que percibe en Santa Fe se mantenga en las generales de octubre, o sea que cuente con el apoyo o neutralidad de Reutemann. Artemio, como se lo conoce, sólo excluiría de sus vaticinios a San Luis.

¿Carrió o López? López finge ignorar las quiebras del frente oficial: Moyano, decidido a arrancar la protección estatal para los juicios en su contra; los intendentes afectados por las colectoras; la volatilidad del comercio mundial y el riesgo de una ‘oportuna’ salida de capitales; los conflictos diplomáticos con Obama y ahora con el sionismo. En las provincias citadas por el gurú K, como ya ocurrió con Das Neves, los heridos en las elecciones locales deciden cambiar de camiseta; el salteño Urtubey no se ha puesto bajo el paraguas de CFK. El ambiente en el oficialismo está tanto o más podrido que el opositor: la oposición adolece de una inflación de candidatos, el oficialismo también. La contra a los K podría unirse en dos o tres bloques; CFK tiene debajo de ella un régimen ingobernable. Es cierto que el oficialismo goza del boom de consumo, igual que Bush antes del derrumbe hipotecario norteamericano; pero con boom incluido, la situación social de las masas es mucho más precaria que la que existía en las vísperas del derrumbe del alfonsinismo o de la convertibilidad menemo-kirchnerista. La extrema dependencia de cuatro rubros de exportación y de dos países -Brasil y China- podría convertirse en un bumerán -en especial con una inflación interna del 30 por ciento en dólares. En cualquier caso, el escenario económico pos-electoral ya pinta ahora como explosivo. Oficialistas y opositores ignoran a su costo el alcance de la bancarrota capitalista internacional, a pesar de los terremotos políticos que ya ha provocado en buena parte del mundo.

Oportunidad de una campaña política socialista

La confirmación de la preventiva a Pedraza no es una noticia judicial -como deforman algunos, quienes más que kirchneristas son ingenuos. La acefalía de la Unión Ferroviaria es un hecho político mayor, tanto para el movimiento obrero como para el Estado. El ministro Tomada ha sido registrado prodigando consejos a Pedraza, ochenta días después del asesinato de Mariano, para retomar el control de la situación con los tercerizados. Ahora la cúpula de la burocracia está presa. Tomada ha puesto en práctica sus recomendaciones a Pedraza, pero los compañeros tercerizados han rechazado con vigor el intento de desplazar a sus representantes. Las paritarias de la UF se conjugan, de este modo, con una situación objetiva que plantea la cuestión de la dirección de las negociaciones y del sindicato. Este es el estado del núcleo del reactor atómico sindical.

Para un socialista, el asunto no es quién gana en octubre, sino el alcance político que tiene para el conjunto del país y, por sobre todo, de las masas, el cuadro de descomposición de la representación política burguesa -la punta del témpano de la avanzada descomposición del capitalismo y el impacto que ella tiene en la periferia. Hay un terreno abonado para una enorme agitación política que denuncie esta descomposición, que una esa agitación a las luchas inmediatas, que convierta a ambas en factor de reclutamiento político y de disputa de la dirección de la clase obrera a las direcciones sindicales y políticas de los capitalistas. Este es el único abordaje de la campaña electoral que se ha iniciado que tiene un carácter revolucionario -que bucea en el fondo de la indignación popular. El estrecho ángulo electoralista y el más estrecho anti-electoralista sólo deparan inmovilismo político en el campo de los luchadores socialistas.