Políticas

26/3/2009|1076

NEUQUEN | Aten: Cuarta semana de huelga

La huelga de Aten cumplirá su cuarta semana, a pesar del aislamiento mediático nacional y al de la dirección de Ctera y la CTA. Resiste una campaña de provocaciones, desmoralización, aprietes y amenazas. Los diputados de la Concertación solicitaron un plan de recuperación de días de clases.

Las asambleas rechazaron unánimemente la “oferta” miserable de Sapag (que según anunciaron es para todos los trabajadores estatales): equiparar la asignación por hijo al nivel nacional y cien pesos. 

Lo que sí está previsto es el despido de docentes por fusión de cursos, continuidad del congelamiento presupuestario, destrucción del estatuto docente (régimen de licencias, etc.) y de la caja jubilatoria, además de la aplicación de la reforma antieducativa a la neuquina. Así lo expresaron el gobernador Sapag, su diputado Darío Mattio (quien prepara un Congreso pedagógico con el apoyo de la CGT) y el diputado Rachid del interbloque Peronista Federal. Se han sumado a respaldar al gobernador intendentes de todo pelaje, quienes enfrentan reclamos salariales en sus municipios.

Existe un bloque contra la huelga, pero ni una sola solución a las necesidades de las escuelas.

Madres y padres

El Polo Obrero tomó la iniciativa de impulsar la conformación de una Coordinadora de Madres y Padres en defensa de la educación pública. Desde la Toma La Familia se juntaron más de 100 firmas, las que fueron presentadas en la asamblea de casi 700 compañeros en la seccional Capital. Lo mismo ocurrió con los vecinos de la Toma Unión y Fuerza de San Patricio del Chañar.

La Coordinadora se dispone a recorrer las escuelas y las casas de los alumnos, y pretende extenderse en la ciudad capital para convocar a los padres en la plaza frente a Casa de Gobierno, donde se realizará una permanencia para insistir en una respuesta a los reclamos docentes.

Romper el aislamiento de Ctera y CTA

Durante la semana, 8.000 trabajadores de la educación y estatales marcharon a Casa de Gobierno. La situación en la provincia es explosiva ya que una ola de despidos azota a los trabajadores petroleros, varios municipios están tomados en reclamo de aumento de salarios y los trabajadores de la salud volvieron a parar y movilizarse en medio de un colapso histórico del sistema. La dirección de la CTA se vio obligada a convocar a un paro provincial, aunque logra por ahora contener el reclamo de un plan de lucha unificado.

El papel de la dirección de la CTA en este conflicto merece una mención especial. Su expresión política (UNE) es gobierno en el municipio con la Concertación, que apoya al gobernador en su negativa a recomponer los salarios. Al Congreso partidario que acaba de concluir fue invitado el mismísimo intendente capitalino Martín Farizano (hasta ahora de las filas K) y en la proclamación de candidatos a diputados, el actual secretario adjunto de la CTA, Julio Fuentes, manifestó su “sintonía” con la Federación Agraria. La dirección de la CTA está más ocupada en resolver a qué tren patronal se subirán en vez de organizar a los trabajadores para que la crisis la paguen sus socios capitalistas.

Perspectivas

La huelga se sostiene contra viento y marea. Es vital profundizar el camino de la unidad de docentes, padres, madres, estudiantes y estatales.

Existe un profundo proceso de deliberación en la base y el activismo sobre el significado y perspectivas de esta huelga en medio de la crisis capitalista (algunas asambleas han votado contra despidos, suspensiones y tarifazos). Se potencia la confianza en la propia fuerza para quebrar el argumento del gobierno de que producto de la “crisis”, la salida es rescatar al capital y hundir la educación y el salario.

La tenacidad puesta en las recorridas de escuelas (piquetes de convencimiento), las marchas masivas y las asambleas numerosas colocan a esta lucha por el salario y la defensa de la educación pública en un lugar de enorme importancia. Porque este cuadro de crisis reclama una intervención consciente de los trabajadores para que el precio de la crisis la paguen los capitalistas.

Los trabajadores de la educación no se resignan.

Patricia Jure