Políticas

21/2/2002|742

Neuquén: Cayó la burocracia de la Uocra

Después de 9 años de dictadura burocrática, los obreros de la construcción han expulsado a la conducción de la Uocra Neuquén, liderada por Julio César Ruiz. Esto significa que el gobierno Sobisch (MPN) acaba de perder a uno de sus más importantes lugartenientes en el campo de la burocracia sindical.


La obra pública y privada está prácticamente paralizada en la provincia a raíz de la descomposición económica. El gobierno aprovechó en su momento esta circunstancia para anudar un pacto con la burocracia sindical a cambio de la entrega de planes de empleo. Pero no sólo estos paliativos fueron insuficientes frente a la enorme masa de desocupados, sino que los propios planes de empleo dejaron de pagarse. A pesar de la negativa de los dirigentes a realizar medidas de fuerza “que no sirven para nada”, los compañeros obligaron a la conducción a movilizarse hacia la casa de gobierno y por iniciativa propia cortaron las calles adyacentes y quemaron cubiertas. Con esta medida obtuvieron la promesa de que les pagarían alrededor de 700 subsidios, compromiso que el gobierno quiso bicicletear, pero los trabajadores se movilizaron al Puente Neuquén y luego de un corte de 48 horas arrancaron el pago de los planes.


Esta situación llevó a una Asamblea realizada el 12 de febrero en la puerta del sindicato, en la que se dispuso la renuncia de toda la conducción y el nombramiento de una Comisión Normalizadora a cargo de compañeros de Cutral Co, Senillosa y el presidente de la Comisión de Desocupados, con el objetivo de llamar a elecciones en 30 ó 60 días (en la Comisión existe una minoría de miembros de la vieja conducción, que impulsaron las movilizaciones de los trabajadores frente al no pago de los planes de empleo). Allí se denunció que el otrora poderoso gremio de la construcción está quebrado, con una deuda de 44.000 pesos por juicios y servicios impagos y el 80% de sus afiliados en calidad de desocupados.


Parte de la vieja conducción pretendió desconocer el mandato de esta Asamblea y en una nueva Asamblea (19/2), los trabajadores marcharon al sindicato, desalojaron físicamente a los burócratas y confirmaron la vigencia de la Normalizadora.


Poner en pie a los trabajadores de la construcción plantea un programa de salida frente a la catástrofe: un impuesto al gran capital bajo control de las organizaciones obreras para poner en marcha un plan de obras públicas y viviendas populares (lo que va unido al reclamo de la provincialización de Zanón). Este objetivo supone un plan de lucha, funcionar ahora bajo la “dictadura” de la Asamblea General y colocar a los representantes de la Uocra recuperada en la Asamblea Provincial del viernes 8 de marzo. Supone, también, el reingreso al gremio de decenas de activistas expulsados por la vieja conducción y la elección de una Junta Electoral subordinada a la Asamblea General.