El parlamentario del Mercosur y excandidato a gobernador por el kirchnerismo, Ramón Rioseco, intentó evadir dos controles de acceso a las localidades turísticas de Junín de los Andes primero, y ante el fracaso de este, pretendió ingresar a Bariloche.

El hecho causó gran indignación en la comarca petrolera, puesto que mientras a la población se la machaca cotidianamente sobre su responsabilidad en la propagación del virus, el funcionario, que actúa como verdadero intendente de Cutral Co bajo la figura de su hermano, intentó valerse de su posición para salir de vacaciones. El episodio se suma a la “escapada” turística a Europa de la esposa del gobernador, que contrasta con las limitaciones de movilidad del resto de población. Esta nueva intentona de personas ligadas al poder muestra que la “cuarentena” en manos del gobierno solo persigue objetivos de regimentación social.

Agrava la situación de Rioseco que en estos momentos las localidades de Cutral-Co y Plaza Huincul atraviesan una alarmante situación con respecto al Covid-19.

Particularmente agosto ha sido el mes en el cual se oficializó la circulación comunitaria del virus –a pesar del comité de emergencia local- y en el cual se registraron los mayores picos de contagios, lo que ha derivado restricciones de movilidad, ya sea por DNI o limitando horarios de circulación. Al igual que todo el arco político patronal, los intendentes de ambas localidades, mientras cargan las tintas responsabilizando a los vecinos de la diseminación de la pandemia, sus propios entornos viajan y se van de mini vacaciones a la cordillera o al Mediterráneo.

El incidente con Ramón Rioseco, el “mejor candidato de Cristina” (como él se definió), refleja que intentó vulnerar impunemente las decisiones ejecutivas de regimentación social del gobierno que él mismo integra, pero que pesan sobre el conjunto de la población como ley de hierro.