Políticas

23/4/2015|1360

Neuquén: elecciones y movimiento obrero

Una lucha política estratégica


A lo largo de la campaña electoral provincial se desarrolló una lucha política fundamental en sectores clave del movimiento obrero neuquino, que tuvo a la burocracia sindical y al kirchnerismo en sus diversas variantes de un lado, y al Partido Obrero y el Frente de Izquierda del otro. 


 


La denuncia difamatoria de parte de la burocracia de ATE-CTA contra la compañera diputada del PO-Frente de Izquierda, Gabriela Suppicich, representó un primer capítulo de esa lucha. La maniobra fue derrotada, primero, con el pronunciamiento de numerosas organizaciones sindicales y políticas y, finalmente, con la desestimación de la denuncia por parte de la fiscalía por considerarla falaz. Ahora seremos nosotros quienes iniciemos acciones legales contra los burócratas sindicales y contra los funcionarios del gobierno. Una pelea similar estuvo presente con el paro nacional del 31 de marzo. 


 


Fue notable la simpatía que despertaron en las recorridas de escuelas los proyectos presentados por la bancada del PO en la Legislatura por un salario mínimo provincial de 15 mil pesos y por la recomposición a los empleados públicos, por parte del Estado provincial, de la parte del sueldo confiscada por el impuesto a las ganancias. La iniciativa del PO obligó a un reacomodamiento de la burocracia kirchnerista de Aten.


 


Un significativo porcentaje de los votos que obtenga el Frente de Izquierda en Neuquén provendrán, sin dudas, de trabajadores docentes y estatales. 


 


El kirchnerismo se lanzó a una ofensiva política con los trabajadores de las fábricas ceramistas bajo gestión cooperativa. El candidato a gobernador Rioseco gestionó las reuniones con Capitanich y Kicillof, quienes prometieron un préstamo de 30 millones de pesos a Zanón destinado a la renovación tecnológica de la fábrica. La oferta llegó dos años después de haber prometido 90 millones, y en el momento de la peor crisis de la cooperativa.


 


En las recorridas de Gabriela Suppicich y Patricia Jure por Zanón existieron profundos debates con los compañeros, en los que se detectó una corriente de adhesión a la candidatura de Rioseco. Se escucharon con atención los señalamientos de las compañeras del PO sobre el rol jugado por el kirchnerismo contra las fábricas recuperadas, incluida Zanón. Y en especial de Rioseco contra Stefani, cuando se opuso fervorosamente al plebiscito impulsado por los obreros para expropiar la fábrica ceramista de Cutral-Có abandonada por la patronal. Justamente allí, en Stefani, Patricia Jure fue recibida por una asamblea obrera, donde explicó el proyecto presentado por el PO en la Legislatura, por un plan de viviendas populares que tenga a las fábricas ceramistas bajo gestión cooperativa como proveedoras privilegiadas. 


 


Una semana después de las visitas de las candidatas del PO-Frente de Izquierda a las fábricas ceramistas, cayó la promesa K del crédito blando para Zanón y fue remplazada por una nueva propuesta, que establece un crédito con una tasa de interés del 29% anual, sin años de gracia y con un desembolso previo. El manoseo oficial desató la bronca entre los obreros de Zanón, que se lanzaron al corte de ruta. 


 


En paralelo, la lucha de los mineros de Andacollo se colocó en el centro del escenario político provincial. Los obreros se volcaron a un corte de ruta durante cinco días, reclamando que el Estado provincial pague los salarios adeudados ante la fuga patronal y que se haga cargo de sostener el 100% de la masa salarial en los próximos meses. Dirigentes sindicales del PO, candidatos de las listas del Frente de Izquierda en Andacollo y Chos Malal, impulsaron el paro y movilización de la CTA zona norte y de la seccional de Aten, en solidaridad con los mineros. Luego de una semana de intransigencia el gobierno del MPN debió ceder al reclamo obrero. 


 


Gabriela Suppicich fue la única diputada presente en el piquete obrero. En él, denunció las concesiones otorgadas por el MPN a la Andacollo Gold y por la ley minera del menemismo sostenida por los K. Gabriela puso a consideración de los obreros una propuesta de proyecto de ley, que establece la reactivación de la mina a cargo del Estado provincial bajo el control de un comité obrero electo en asamblea. 


 


El kirchnerismo, en su intento de construir un escenario de polarización electoral con el MPN, se lanzó a la cooptación de importantes sectores del movimiento obrero, en algunos casos en disputa con el Frente de Izquierda. Pero los K se encuentran unidos con el MPN por la política de entrega de los recursos naturales y por los negociados con la patria contratista. Una alternativa política superadora a la experiencia emepenista, sólo surgirá de la unión del movimiento obrero con la izquierda revolucionaria. La campaña electoral y nuestra presencia en la Legislatura han servido para dar esta lucha política estratégica.