Políticas

27/1/2005|885

Ni Cáritas, ni comederos, ¡¡¡comedores!!!


A partir de las jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001, se abre un panorama político en el que el movimiento piquetero cobra gran relevancia, su organización basada en el método asambleario lleva a cabo una política que defiende los intereses de la clase obrera con independencia del Estado. Se materializa en la puesta en marcha, por ejemplo, de los “comedores” que funcionan como centros de organización política.


 


El Estado intenta reconstruir la llamada burguesía nacional y paralelamente su autoridad política, queriendo destruir la médula de la organización. No son los comedores (que pueden ser un paliativo a una función que el propio Estado no cumple) lo que quita el sueño al Sr. K, sino el funcionamiento distante de su ajena tutela.


 


 


Nuestro gran desafío


 


Es avanzar (dando por tierra con el coqueteo del Estado y sus secuaces para evitar su propia destrucción), teniendo en claro en qué situación debemos intervenir.


 


Los compañeros se acercan para paliar sus necesidades más elementales (un plato de comida). Nuestro compromiso, a pesar de nuestras limitaciones como militantes, es que entiendan la importancia de organizarse junto a la clase obrera ocupada y desocupada, y ser concientes de que el problema no es individual ni se da por una falta de nivel intelectual en los compañeros, como tampoco debido a la posesión gaseosa dentro de su cavidad craneana.


 


Comprendemos que los comedores son el punto de partida, allí nos formamos, debatimos en base a la lectura de la Prensa Obrera . Nuestro fin no puede ser crear una red de comedores para que los chicos coman en su casa y en familia (esto lo propone Cassareto), sino dicha red de comedores debe servir para que nuestros pibes coman con su familia en los comedores, mientras sostengamos el funcionamiento de los organismos que permitan el desarrollo de la clase obrera que lleve adelante una Alternativa Obrera y Socialista.