Correo de lectores
7/8/2008|1049
¡No aflojés, Ana!
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Querida Ana:
Es así como te conocemos todos desde tiempos memorables. Quien no recuerde tu garra contra todo gobierno infame e inmoral, de facto o no, es un desmemoriado político.
Este partido al cual pertenecemos desde las más profundas entrañas y que nos ha enseñado, y dado tantas herramientas para la vida, al cual supiste defender como peleás para defender tu vida.
Siempre nos seguís dando ejemplo de lo que es y será, ser una verdadera revolucionaria.
Trabajaste duro, forjando una familia, una organización y la semilla de la amistad y el respeto, pero más aún el cariño de todos los que tenemos el placer y el honor de estar a tu lado.
Compañera y amiga, ¡no bajes los brazos! Hasta la victoria por muchos años juntas siempre.