Políticas

28/11/2018

¿”No al G20” o “Sí al G20”?

El acto de los “movimientos sociales” realizado en Atlanta.

El martes 27 tuvo lugar en Atlanta un acto de “movimientos sociales”, encabezado por organizaciones del triunvirato Cayetano –Movimiento Evita, Barrios de Pie y la CCC– y con la presencia de otros agrupamientos y figuras públicas, entre ellas el ex triunviro de la CGT Juan Carlos Schmid y el ex gobernador bonaerense y diputado peronista Felipe Solá.


Las intervenciones de los principales oradores colocaron las críticas al ajuste y la represión de Macri en la perspectiva de un frente electoral “antimacrista” para 2019, en confluencia con sectores del PJ. Hasta aquí, lo previsible.


Lo que sorprendió fue que en un acto convocado bajo las consignas “No al G20” y “Fuera el FMI”, en el que varios oradores llamaron a movilizarse contra el cónclave, el pre-candidato presidencial de este espacio, Felipe Solá, desautorizara el planteo, aseverando que “la solución no es irnos del G20 sino volver a tener un gobierno que defienda el trabajo de los argentinos”. Para que no queden dudas, agregó que si él fuese presidente hoy estaría en la cumbre. Eso sí, para darse un barniz “combativo”, Solá criticó el despliegue policial de Macri y Bullrich frente al G20: “pretenden que sea legítimo y democrático tener una policía más preparada para pegarle a aquel que proteste”. De este modo, uno de los responsables políticos de la masacre de Avellaneda y los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán vuelve con sus imposturas ‘antirrepresivas’, de las que ya había hecho gala en ocasión de la votación ‘blindada’ del Presupuesto 2019.


Como planteo político de fondo, Solá instó a un “gran frente policlasista”, la histórica consigna del peronismo para colocar a los trabajadores tras el programa de sus explotadores, ahora invocada por la necesidad de relevar a Macri –cuando este se mantiene a flote gracias a la complicidad del PJ.


En el acto también se expresaron las internas que recorren a la CTEP en este marco de incertidumbre pejotista. Juan Grabois se ausentó y Emilio Pérsico, del Evita, señaló que el abogado “había preferido estar con Cristina Fernández de Kirchner”. Pero de conjunto, el acto extendió nuevos puentes hacia la ex presidenta: Donda aseguró que el suyo había sido un “gobierno popular” aunque “atado a viejas estructuras” –sin ir más lejos, CFK integró el G20.


Donda polemizó implícitamente con CFK, que llamó recientemente a unir a quienes luchan por la legalización del aborto con sus adversarios, al plantear que “la grieta fundamental que tenemos que resolver es sobre los que están a favor de la muerte o a favor de la vida”. Pero a renglón seguido, aseveró que “rezar o no rezar es anecdótico, que cada uno haga lo que quiera; esta no es una pelea cromática” –transfigurando en una cuestión de creencias individuales lo que fue una acción organizada, la de la Iglesia católica y los evangelistas, motorizando a los “pañuelos celestes” y presionando a los partidos patronales para que voten contra la legalización.


El Triunvirato quiere el pan y la torta: mantener una alianza con los sectores clericales, y presentarse como defensor de las mujeres víctimas del oscurantismo. Convocar a un acto de antiimperialistas y que su pre-candidato presidencial se pronuncie por adherir al G20.


Varios de los protagonistas de esta jornada habían lanzado en junio, y con intenciones similares, el frente “En Marcha”, del cual no se volvieron a tener noticias. Nada indica que aquel carácter provisorio no se traslade a esta nueva y precaria confluencia.