Políticas

26/6/2008|1043

No al Tren Bala

Una causa popular

El 20 de junio, en el hall de la estación Constitución, el Partido Obrero levantó una tribuna contra el escandaloso negociado del Tren Bala. En distintos momentos de la actividad estuvieron presentes la TV y radios que siguieron atentamente la intervención de Daniel Rapanelli.

La actividad permitió verificar la inmensa popularidad de la campaña contra el Tren Bala, expresada en la concurrencia y en el apoyo de los sufridos usuarios de la vieja Línea Roca.

Con un costo de obra de 1.320,5 millones de dólares que se eleva a 4.000 millones cuando se incluye el financiamiento de la banca francesa, se puede concluir que el "Tren Bala" no es un salto a la "modernización" sino un fabuloso negociado.

El "socialista" Binner estuvo en cuerpo presente en la presentación del acuerdo por el "Tren Bala". La misma empresa Iecsa que participa del negociado del tren está asociada en el plan de obra pública del gobierno nacional en la Ciudad de Buenos Aires, que encabeza Macri, por 13.700 millones de pesos.

La campaña contra el Tren Bala necesita la participación de la masa de los obreros ferroviarios – para lo cual hay que enfrentar a los cómplices del "emprendimiento", como la burocracia de la UF y La Fraternidad.

 El colapso del transporte no es fruto de la improvisación, es un negocio del que se benefician un puñado de intereses capitalistas: los concesionarios de trenes, los dueños de las empresas del transporte urbano, los concesionarios del peaje en las rutas, la industria automotriz, los beneficiarios de la privatización de las aerolíneas y los aeropuertos.

El gobierno "nacional y popular" es socio interesado en este negocio. En la reciente ley que creó las dos empresas "estatales" de trenes "la compañía estatal administradora de la infraestructura (quedó) como un mero fondo fiduciario para la realización de obras" (Clarín, 29.2.08).

Por todas estas razones, un "Tren para todos" plantea la nacionalización integral del sistema de transporte, el control obrero en cada una de sus ramas, un congreso de bases de todos los trabajadores afectados, un plan de reorganización del transporte que asegure un desarrollo integrado de las distintas regiones y ramas.

Lisandro Martínez