La Comisión de Educación de Diputados del Congreso de la Nación habitualmente vota por unanimidad variopintas declaraciones de interés o expresiones de beneplácito: por los 100 años de una escuela rural, por los 50 años de otra escuela, etc. Entre esas declaraciones, aparecieron dos proyectos que fueron frenados por la intervención de Néstor Pitrola.

 

El primero, una declaración de interés para el posgrado “Especialización en la cuestión Malvinas”, de la Universidad de La Matanza, en proceso de acreditación de Coneau y con un arancel de 10.000 pesos al año. Pitrola señaló que de ningún modo, después de 20 años de lucha estudiantil y docente contra las acreditaciones y los aranceles de los posgrados, el Congreso podía dar el aval. Su intervención logró que el proyecto, por unanimidad, no se votara.

 

El segundo, una expresión de beneplácito por el reconocimiento y designación del instituto de idiomas de la Universidad de La Punta, provincia de San Luis, como centro examinador oficial de exámenes internacionales en la provincia.

 

Pitrola intervino para denunciar que esto era parte de un ingente negocio mundial, el de la certificación de idiomas, y que esto significaba que una universidad argentina (la Universidad de La Punta) ponía sus recursos a trabajar para una empresa concesionaria (Pearson) de una universidad extranjera (Universidad de Londres). Se trata de un negocio fabuloso (certificación de idiomas) -como actividad arancelada son al menos entre 708 y 1.920 pesos por cada uno de los seis certificados. Su intervención logró que el proyecto, por unanimidad, no se votara.