Políticas

6/1/1994|410

¿No distingue la verdad de la mentira?

El PL ha sacado un artículo sobre “Cómo miente el PO” (Liberación Nº88), que demuestra, contra su propósito, que el PO  dice la verdad y nada más que la verdad (ver PO Nº 404).


El PL rechaza que hubiera querido imponer el primer lugar en la lista de candidatos en la provincia de Córdoba y que se negó a integrar el Fit cuando esto le fue negado ¿Pero qué dicen sus materiales escritos: “En materia de candidatos el PL pidió ocupar un lugar justo. Aceptábamos que el Mst y el PO encabezaran las listas de Buenos Aires y Capital; pensábamos que el PL debía encabezar en Córdoba” (Cuadernos revolucionarios, pág 20, setiembre del ‘93) ¿Qué tal?


El PL pretende que no existió un debate programático; sin embargo señala, bajo el título Debate programático, lo siguiente: A) “Discrepamos con la consigna ‘un gobierno de trabajadores’. Consideramos que el planteo era sectario y oportunista y propusimos reemplazarlo por ‘un gobierno de trabajadores y del pueblo que tome medidas revolucionarias’” (C. revolucionarios, pág. 19).


Además:


B) “Discrepamos con la ausencia de definiciones sobre adonde se encamina la Argentina. Propusimos (¡Propusieron! y dicen que no hubo debate)‘trabajar para una salida revolucionaria’”.


“Discrepamos con que se limitara a ‘unir las luchas’ y ‘preparar la huelga general’”. Propusimos que a continuación dijera “profundizar las luchas hacia la rebelión popular”.


“Discrepamos con la ausencia de toda referencia a Cuba. El PL proponía apoyar a Cuba socialista. Planteamos que como mínimo, se debía consignar ‘nuestra solidaridad con Cuba reclamando el fin del bloqueo norteamericano’”.


E) “Discrepamos con la definición trotzquisante de los puntos 21 y 23 (‘revolución política y socialismo’, ‘Federación de repúblicas socialistas de América Latina’”). Propusimos “La segunda independencia de América Latina contra el imperialismo y la gran burguesía nativa. Por la liberación nacional y social y por el socialismo. Por el internacionalismo proletario” (ídem, C. revolucionarios).


Estas posiciones del PL fueron rechazadas por nacionalistas, populistas y confusas.


Aun así es necesario hacer dos precisiones. El PO no pinta al PL como “cubanista a ultranza”  sino como castrista a ultranza; esto porque defiende políticamente al gobierno de Cuba, so pretexto de defender a Cuba  contra el imperialismo.


No ha entendido que, dado el acercamiento entre uno y otro, la defensa de Cuba y la defensa de su gobierno son contradictorias.


El PL aprovecha la volada de su desmentida a nuestras “mentiras”, que nada desmienten, para precisar lo que entiende por “rebelión popular”: los saqueos de supermercados de 1989, que sirvieron para apresurar la subida de Menem. El PL nos denuncia porque, en ese entonces, llamamos “a pasar de largo por los supermercados”.


Lo que el PL naturalmente esconde es que lo hicimos para llamar a “marchar a los centros del poder”, y que por este motivo fue detenido el Comité Nacional del PO (por el volante “Marcha a la Rosada”). El planteo del PO anticipó el santiagueñazo; el del PL anticipó el inicio de la era menemiana.


El PL no aprende, no quiere aprender y usa métodos polémicos “non sanctos”.