Políticas

4/12/2014|1343

No hay peor sordo (…)


Al MST no le gustó que le reclamáramos un planteo político a su propuesta de un frente de izquierda. Sus dirigentes están abroquelados en unas Paso de la izquierda que sustituyan una clarificación política. Estamos ante lo más parecido al 'trepadismo', donde la unidad de la izquierda encubre la codicia por una banca parlamentaria. Una unidad de esas características sería políticamente suicida. Pondría a la izquierda en el mismo plano de corruptela política que el de los partidos del sistema. El MST ni siquiera recuerda que hace un año hubo elecciones nacionales que hicieron, al mismo tiempo, de interna de la izquierda, con los resultados por todos conocidos. Los porotos ya fueron contados; ¿no se necesitarían algunas ideas? ¿O vamos a ir a elecciones con el reclamo de que se rebajen las retenciones a la exportación al capital agrario?


 


Contra lo que indica el sentido común de los oportunistas, la unidad no requiere identificar los acuerdos sino las diferencias. Esto es más necesario aún cuando se reclaman internas, porque ¿de qué modo podrían los trabajadores seleccionar en una interna si desconocen las diferencias que separan a las fuerzas en presencia? Es necesario determinar si las diferencias son compatibles o no con un frente. Si son compatibles en la lucha por un objetivo común o enemigos comunes, dejar esas diferencias en claro clarifica la estrategia frentista.


 


El MST rehúye explicitar sus posiciones, porque ya ha tenido tantas que ni él mismo sabe cuál es su programa. Este intríngulis lo debe resolver el MST, no podemos resolverlo nosotros. En las generales de hace un año, los unitarios del MST dieron 'libertad de voto', no llamaron a votar al Frente de Izquierda -o sea que deseaban que el Frente perdiera. Estas deslealtades son la consecuencia de un método desleal, que es negarse a discutir de política. Las Paso ya tuvieron lugar en octubre de 2013, ahora hay que discutir programas y la posibilidad de acuerdos. Las Paso son una corruptela política; nuestro partido las denuncia no solamente frente al MST -como todo el mundo sabe.


 


Para el MST, somos “sectarios”. Es absolutamente cierto, reivindicamos el lado progresivo del sectarismo, que es desenmascarar la falta de principios. ¿O acaso está bien armar un frente sin debatir un programa?


 


El MST insiste en un método que los ha llevado de crisis en crisis. Después de todo, el método de alianzas sin debates ni clarificaciones le ha sido útil para irse detrás de la Sociedad Rural o para diluirse detrás del centroizquierdismo de Pino Solanas, e incluso para integrar la lista de Juez en Córdoba, que estaba encabezada por un empresario de Fiat. En estas ocasiones también nos acusaban de “sectarios” por nuestro rechazo a tales manoseos. Pero ese “sectarismo” no era otra cosa que la defensa de una política obrera y socialista. Sobre esta base se desarrolló el Frente de Izquierda, y creció en influencia y en votación. El MST, sin embargo, luego de no haber pasado las Paso, aplicó la política “sectaria” de sabotear a los candidatos del Frente de Izquierda. Votaron por Pino Solanas, no por el Frente de Izquierda.


 


El MST no quiere, obviamente, ningún frente de izquierda, porque no es éste el cuadro de su desarrollo. Tira propuestas al voleo para juntarse con alguna fuerza tan confundida como él mismo.