Nuestra campaña y la de ellos
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Las fuerzas políticas que intervinieron en las pasadas elecciones constituyentes, con excepción de nuestro partido, se adaptaron a los límites que estableció la Ley de reforma parcial de la Constitución. Sus planteos fueron declarativos o institucionales. Si la estructura legislativa debe ser o no bicameral; si debe establecerse el jurado de enjuiciamiento para los jueces; si debe restablecerse el Consejo de la Magistratura; si el Tribunal de Cuentas o institutos como el hábeas data o el hábeas corpus deben tener rango constitucional, etc.
El Partido Obrero partió, en cambio, de la realidad material de las masas; de la superexplotación capitalista y de las condiciones de vida de la población. Denunciamos que esta realidad social estaba excluida de la Constituyente y que esta Constituyente era una criatura del gobierno para sancionar la posibilidad de la reelección de los funcionarios.
Fuimos a los barrios a protestar por la falta de agua (barrio 11 de Febrero). Por medio de escraches denunciamos (en la Caja Popular) el intento de Alperovich de instalar 1.000 tragamonedas y privatizar el juego. Denunciamos en la Junta de Clasificación (que se encontraba poblada de miles de docentes que no pueden enseñar) la política anti-educativa del gobierno. Denunciamos en la puerta de la SAT (empresa provincial del agua) la falta de agua potable en numerosos barrios de la provincia.
Los escraches fueron seguidos, a través de los medios, por amplios sectores de la población, la cual pudo observar cómo transformamos el escenario electoral en un campo de lucha y delimitación política del gobierno capitalista de Alperovich.