Políticas

6/11/2008|1062

“Nueva” Policía Porteña: La Federal parió una hija

Muchas veces se dijo (y dijimos) que la creación de una policía en la Ciudad chocaba con un enemigo irrevocable: la propia Federal, dado que los “azules” nunca resignarían sus cajas, alimentadas por las redes de tráfico y explotación de mujeres, droga, juego clandestino y extorsión a los vendedores callejeros.

Esta contradicción ha sido superada: la policía porteña votada por macristas, kirchneristas y “socialistas” autoriza a que los integrantes de su fuerza provengan de la Federal o de la Bonaerense, con la sola condición de que “no registren condenas por violación de derechos humanos”. Como se sabe, sólo una minoría de represores imputados han sido objeto de condenas. Lo mismo ocurre con las acusaciones de corrupción, que rara vez terminan con la condena o destitución de efectivos policiales.

Para superar la superposición de jurisdicciones entre las dos policías, la ley establece la necesidad de un ‘convenio’ con la Federal. Para eso Macri va a nombrar a un federal como jefe de la policía porteña, que de ese modo “podría acceder y negociar más fácilmente con la cúpula de la Federal” (La Nación, 30/11). Por eso, el legislador Ocampo (PRO) pudo decir que “la sanción de esta ley no invalida un futuro traspaso de la Federal a la ciudad” (Página/12, 29/10).

Un Estado policial

El kirchnerismo -que recorre la Ciudad invocando la ‘memoria’ y los ‘derechos humanos’, y llama a ‘luchar’ contra “la derecha”-, acaba de votar la más reaccionaria de las leyes del macrismo. La nueva policía será uno de los pilares del estado policial que Macri pretende consolidar en la Ciudad. El cuadro represivo se completa con el traspaso de competencias penales al distrito, lo cual habilita a los fiscales macristas a convocar a la policía contra desalojos, ocupaciones de reparticiones públicas y, desde luego, movilizaciones. Hasta ahora, en todos estos casos intervenía la Federal.

Cuando asumió Macri, el gobierno kirchnerista rechazó transferir al macrismo los fondos necesarios para un traspaso de la Federal a la Ciudad. Un año después, los “K” le dan al macrismo los votos para esta operación. A Macri le queda ahora la tarea de inscribir el gasto en el presupuesto, o sea los impuestos correspondientes. Los habitantes de la Ciudad pagarán el pato.

Ni la Federal ni la fuerza represiva local: desmantelamiento del aparato policial y judicial de la represión y la coima; por una fuerza seleccionada y controlada por organizaciones populares; por la elección popular de los jueces; por la derogación del código contravencional reaccionario.